Es evidente que alguien debe haber hecho mal los deberes relacionados con la industrialización de nuestra ciudad, porque de otra forma no se entienden las prisas, las ganas y las cuidadas apariciones que vemos en los medios de comunicación de los mismos de siempre ¡y con el mismo mensaje de siempre! Tampoco faltan en este revuelto patio de vecinos los que, azuzados por el equipo de gobierno, acuden prestos a defender lo que supuestamente han hecho hasta el momento, lo que le añade a la situación un particular toque pintoresco, ya que, en vez de avalarlo con credibilidad y prestigio, que sería lo lógico, lo que hacen es pringarlo de mal gusto. En sólo unos días, por ejemplo, hemos pasado de no disponer de industria que llevarnos a la mesa, a tener de sobra… ¡Vamos, como para eliminar de la lista del paro a más de la mitad! Sin embargo, la situación es inexplicable si nos atenemos a la realidad de nuestro entramado industrial, que, como sabemos, es escaso y de poca capacidad para la creación de puestos de trabajo. Así, hay que saber que, dependiendo de quién o quiénes nos hablen de la industrialización de Andújar, el panorama nos invitará a la ilusión o todo lo contrario, puesto que sus mensajes son simplemente interesadas misivas que no tienen otro fin que el de convencernos de que no han estado de brazos cruzados, unos, y, otros, de que no se ha hecho nada.
Llegados a este punto, que cada cual opte por lo que crea más conveniente, que para eso somos ciudadanos libres. Claro que una cosa es lo que nos digan unos y otros, y otra bien diferente lo que de verdad ocurre, porque pueden afirmar lo que les parezca y les convenga a sus fines, pero la realidad es que la situación laboral de nuestra ciudad ha cambiado bien poco; es más, si afirmamos que ha empeorado sensiblemente, no creemos ser exagerados. El que estos días, coincidiendo con el extendido rumor de una presunta moción de censura de los tres partidos políticos en la oposición sobre el actual equipo de gobierno, asistamos a una desconocida dedicación laboral de nuestros representantes en todos los frentes, desde la cultura a los deportes, y muy especialmente en el apartado industrial, en realidad nos sirve de bien poco, ya que lo que de verdad le debe importar a una ciudad como la nuestra es lo que se ha hecho, lo que se está haciendo y los resultados que se han obtenido de esta dedicación, y no lo que interesadamente nos cuenten, porque si de algo estamos ahítos es precisamente de mentiras impresas en papel del Ayuntamiento.
No obstante, si de la complicada situación en la que el equipo de gobierno se ha metido solo, sin ayuda de nadie, obtiene la ciudad la recompensa que le permita salir del actual estancamiento en la que se encuentra, miel sobre hojuelas. Es más, nos importa bien poco cómo lo hagan y el costo personal y político que pudiera conllevar la superación de tan malos momentos. Lo que padecemos ahora es simplemente lo que deviene de ir dejando para mañana los retos propios del gobierno municipal de turno, que mientras le ha durado la renta de lo que hicieron los que les precedieron, todo iba bien, pero que, llegados los días en los que hay que demostrar lo que se ha aprendido y lo que se está dispuesto a realizar, opta por toda dedicación y esfuerzo culpar a todo el que se mueva de su propia incompetencia. Es así de sencillo, señoras y señores, y, aunque parezca lo contrario, se consigue algo de rentabilidad política, aunque también es verdad que cada vez menos, quizá porque los argumentos se repiten y los únicos que sufrimos la crisis somos siempre los mismos, porque los que deberían estar sin sueño, preocupados por un mañana cada vez más complicado y que cobran precisamente para desarrollar esta tarea, sólo los vemos de procesiones, ferias y banquetes.
Ojalá los tiempos que corren sirvan para recuperar el sentido de la responsabilidad entre nuestros políticos, que sólo conocemos de oídas. Andújar necesita de todos y todas, que deberían firmar un acuerdo de intenciones que permitiera a la ciudad salir a flote.