martes, 9 de abril de 2013

LA CORRUPCIÓN ES LA GRAN PREOCUPACIÓN DE LOS ESPAÑOLES

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La corrupción ha dejado de ser un asunto menor para pasar a ser noticia estrella y gran preocupación entre los españoles. Está claro que el número de casos nos ha obligado a dejar de mirar para otro lado incluso cuando los que se han llevado el dinero ilegalmente sean de los nuestros. Como ejemplo de la importancia que tiene en estos momentos la corrupción política en España, les vamos a dar una serie de titulares que estamos convencidos les servirán para refrescar su  memoria y para documentarse sobre un fenómeno de extraordinaria importancia en nuestro país. Para empezar, en estos momentos, más de ciento setenta casos están siendo investigados o ya controlados por los juzgados, número espectacular y entre el que no encontramos, por ejemplo, los asuntos ligados con las acciones preferentes de los bancos ni las imputaciones de los responsables de las entidades bancarias nacionalizadas, cuyos gerentes, recuerden, se despidieron a sí mismos con cantidades millonarias.


Vamos con los titulares: “El Tribunal de Cuentas pide fiscalizar a los familiares de los políticos”, “Los partidos políticos obligan a dimitir por corrupción aunque salvan a sus  altos cargos”,  “El hijo de Jordi Pujol coordinaba y daba instrucciones a la trama de las estaciones técnicas de vehículos”, “Inquietud en la Coalición Democrática de Cataluña por la imputación por el caso de las ITV”, “El Instituto Nòos, punto de inflexión contra la corrupción”.  En marzo de este año leíamos: “Primera reunión para impulsar las reformas contra la corrupción”, “Siete autonomías piden refuerzos para poder luchar contra los casos de corrupción”, “La corrupción dispara la preocupación de los españoles por el caso Bárcenas”, “Sabadell tiene nuevo alcalde por la renuncia del anterior por corrupción”, “Detenidos dos altos cargos del Instituto Catalán de Salud”, “Imputan al diputado de Convergencia y Unión Xavier Crespo por el caso de la mafia rusa”, “Un centenar de personas forman una cadena humana en Barcelona para denunciar la corrupción política”,  “El presidente de la Generalidad de Cataluña propone que los políticos implicados en casos de corrupción se mantengan en sus puestos hasta el juicio”, “La mitad de los españoles ve en la corrupción de nuestro país su mayor lastre de cara al exterior”, “Dimite el alcalde de San Hilario, en Girona, por su imputación en la operación Manga”, “El secretario de Comisiones Obreras asegura que los españoles no tenemos estómago para la corrupción”,  “Los sobres de la Casa Real, ETA y la corrupción centran el debate del estado de la nación en el Congreso”,  “Rajoy anuncia leyes para controlar las cuentas de los partidos políticos y sus cargos”, “Dimiten dos concejales por corrupción: uno en Sabadell y otro en Figueres”, “El PSOE propondrá que todos los políticos saquen a la luz sus declaraciones de renta”, “El fiscal de Cataluña pide que las donaciones a los partidos políticos sean públicas”,  “Rubalcaba quiere una unidad anticorrupción y que las empresas no financien a los partidos”, “El Banco de España asegura que no cree que la corrupción perjudique decisivamente a la recuperación del país”… Aunque parezcan muchos, aún faltan los  ligados a las comunidades valenciana, andaluza, castellano-manchega, gallega…

Repetimos que son solo un ejemplo de las noticias que nos cuentan a diario los medios de comunicación, porque ya les hemos dicho que al menos son ciento setenta y uno los asuntos ligados a la corrupción los que en estos momentos van y vienen de los juzgados en busca de sus causantes. De lo que finalmente resulte de todo este embrollo poco sabemos, pero sí que la impresión más compartida entre los españoles es que todo acabará en nada y que los mangantes encausados e imputados en casos de corrupción saldrán libres en poco tiempo. Unas veces porque muchos de estos casos habrán prescrito; otros, porque el equipo de abogados que les acompaña es de los mejores y de algo deberá servirles, y tampoco faltan los que aseguran que hay demasiado dinero de por medio como para que no caiga en la tentación algún que otro funcionario. El tiempo lo dirá.