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Evidentemente, la situación económica
ha propiciado la generación de nuevos segmentos sociales que hace años serían
impensables. La desigualdad social ha fracturado a España de una forma
sangrante y está propiciando momentos familiares insoportables por injustos y
evitables. La destrucción de empleo y la moderación salarial muy a la baja,
además del efecto que sobre la renta han tenido algunos cambios en las
prestaciones sociales y el aumento de los impuestos, ha sido determinante para
que caiga por su propio peso la estructura, que nadie creía tan débil, que se
había creado años atrás. De entre los ejemplos que podíamos incorporar hoy a
nuestro comentario, escucharán a partir de ahora algunos de ellos, pero sepan
que ni mucho menos es la totalidad.
Así, en los últimos años, sepan que
la renta media ha caído en nuestro país un cuatro por ciento, mientras que los
precios se han incrementado en un diez por ciento. Paralelamente, los ingresos
de las personas con rentas más bajas han caído un cinco por ciento desde el año
2006. Abundando más en la brecha abierta
entre ricos y pobres, les informamos que el crecimiento correspondiente a los
hogares más ricos ha sido el mayor de toda la población. La tasa de paro es a
día de hoy superior al veintiséis por ciento. En cuanto a la tasa de paro del
cabeza de familia, ha pasado del seis por ciento al veintiuno. De entre los
menores de 25 años, esta tasa es de más del cincuenta por ciento. El umbral de
la pobreza ha descendido desde los casi 8.000 euros hasta los 7.300. Además, existe
un veintisiete por ciento de personas en situación de pobreza y exclusión
social. Consecuentemente, cae la tasa de cobertura social, pues una de cada
tres personas que están sin empleo no recibe prestaciones. Sin embargo, el
número de beneficiarios de las rentas mínimas se ha duplicado en cinco años. Otro
dato: se han realizado setenta y ocho mil ejecuciones hipotecarias en 2012.
Además, el cincuenta por ciento de los hogares mantiene retrasos en el pago de
la vivienda. En cuando a la educación, pronunciada caída, ya que, como ejemplo,
sepan que en 2012 fue de dos mil millones de euros más bajo que en 2009.
En resumen, estos son los datos más
significativos de la realidad de nuestro país, de sus moradores y de las
instituciones que la gestionan. A partir de éstos cualquiera puede hacerse una
idea muy aproximada de lo que ocurre a su alrededor si es de los que aún
mantiene su puesto de trabajo y puede considerarse, por lo tanto, un privilegiado.
El informe Foessa, que es de donde hemos obtenido estos datos, asegura que la
sociedad se ha debilitado y que las políticas de austeridad han generado una
mayor vulnerabilidad de la sociedad en general. Destacar también algunos
aspectos concretos que inciden en la realidad de millones de españoles, como
por ejemplo la caída de la tasa de cobertura para los desempleados, la
ralentización de la evolución de los salarios mínimos, la desvinculación de la
actualización de las pensiones, el aumento de las pensiones no contributivas y
del número de beneficiarios de las rentas mínimas, así como la saturación de
los servicios sociales.