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La apertura de un expediente no ha disuadido a las gasolineras de poner fin al llamado efecto lunes, que consiste en la práctica de bajar precios con respecto al domingo y volverlos a subir el martes para quedar bien en la estadística europea, que recoge sus datos al inicio de cada semana. Según denuncia, la Comisión Nacional de la Energía en su informe mensual sobre carburantes correspondiente al mes de mayo, vuelve a observar un marcado efecto lunes para todas las semanas del mes, siendo especialmente acusado en la del día 20 de mayo, cuando el precio disminuyó un uno por ciento con respecto al domingo para repuntar el martes un uno coma siete por ciento.
En el caso del gasóleo, también esa semana se controló una fuerte variación: el lunes bajó un uno por ciento frente al domingo, y el martes subió un uno coma ocho por ciento. En ambos carburantes, el organismo sigue viendo una estrategia de fijación de precios de los operadores, y de ahí que mantenga abierto el expediente informativo a las petroleras por el llamado efecto lunes. En cuanto a la evolución de precios de los carburantes, en mayo bajó el precio medio mensual de la gasolina de noventa y cinco octanos un cero coma nueve por ciento, concretamente hasta los 1,427 euros el litro, y el del gasóleo, un cero como siete por ciento, hasta los 1,340 euros el litro. Estas bajadas fueron acompañadas, por primera vez en lo que va de año, de caídas en los márgenes brutos notables: un 8,1 % en la gasolina de 95 y un 5,3 % en el gasóleo A. Pese a esto, los precios antes de impuestos de los carburantes de automoción en España escalaron en mayo posiciones hasta situarse entre los más caros de la Unión Europea.
Por Comunidades Autónomas, País Vasco, Aragón y La Rioja, siguieron presentando los precios de venta al público más bajos, gracias a que no aplican el tramo autonómico de uno de los impuestos que gravan los carburantes. Ante situación tan evidente, este organismo insiste en que las estaciones de servicio en esas comunidades están aprovechando la fiscalidad asimétrica para aplicar precios superiores antes del impuesto y aumentar sus márgenes brutos de distribución.
Por lo tanto, ahora con toda razón podemos afirmar que, efectivamente, lo del llamado efecto lunes en las estaciones de servicio ha dejado de ser una leyenda urbana para convertirse en una realidad gravosa para los usuarios, que no acaban de creerse que puedan ponerse de acuerdo las petroleras con el único objetivo de empobrecer aún más a los usuarios. Si ya tenemos mal el conjunto de la economía, que este tipo de descontroles se puedan consolidar ante la misma cara de las instituciones nos da una idea de la permisividad con la que se tratan asuntos de tanta gravedad.
Y lo peor es que hace años que los países de los que se extrae el oro negro no encarecen el producto en origen. Por lo tanto, control descarado del mercado por parte de las empresas expendedoras que por el momento solo han conseguido que se les abra un expediente que ya veremos finalmente cuál será el resultado, porque donde tanto dinero se genera, que parte de él se derive en busca de bolsillos fáciles de rellenar no parece que sea difícil.
