lunes, 4 de diciembre de 2017

ANDÚJAR EN DICIEMBRE, ¡A VIVIRLA!

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Digamos que ha comenzado el mes de diciembre con buen pie. Parece como si se hubieran puesto de acuerdo todos los actores llamados a intervenir y que, una vez engrasada la máquina adecuadamente, el resultado se anuncia beneficioso para la convocatoria. El viernes, primer día del mes, a las siete y media de la tarde, con sorpresa incluida, se encendió el alumbrado navideño que a la caída de la tarde inunda de luz y color una buena parte de la ciudad, aportando lo que se conoce como espíritu navideño. Antes, el jueves, se puso en marcha el mercado de Navidad, que primera vez ha sido presentado en sociedad y que, a falta de la opinión de los empresarios que han acudido a la cita convocada por el Ayuntamiento, parece que ha conseguido al menos los objetivos mínimos que se propusieron. A partir de este instante, el comercio de la ciudad, que es el objetivo de los organismos y organizaciones implicadas en su futuro, ha comenzado su gran campaña de ventas y que en muchos casos salva la temporada de algunos de ellos. La programación prevista en las calles para que se impliquen y la disfruten sobre todo los menores, confirma el interés que muestran los responsables de esta área municipal, y a la que añadimos un elemento que se ha hecho imprescindible en los últimos años, el trenecito. Con un gran atractivo entre los más pequeños, recorre las calles más importantes de la ciudad anunciando las fiestas al tiempo que muestra a los viajeros parte de la gran oferta comercial de nuestras tiendas. Este apartado, vital para los clientes, un año más se ha cubierto con estilo y con mercancía suficiente, a lo que en esta ocasión los empresarios del sector han unido contención en los precios, fundamental también para conseguir más penetración en el mercado y la fidelización del comprador.

Este mes, además, nos convoca a muchos de nosotros a las mesas de restaurantes y fogones con el compromiso de cumplir con la tradición de compartir con familiares, amigos o compañeros de trabajo las conocidas como comidas o cenas de Navidad. Normalmente, todos ellas nos proporcionan grandes momentos, algunos incluso inolvidables, de los que luego nos pasamos medio año hablando. Si hay que ponerle un pero a la mayoría de ellas, sin duda que los excesos ganan por goleada. Comemos demasiado, bebemos lo que no somos capaces de ingerir a lo largo del año y, lo más preocupante, nos gusta acudir a ellas y volver a casa con nuestro coche. Las consecuencias que suelen derivarse de este error sin duda que es la denuncia que te puede caer o el accidente en el que te puedes ver envuelto. Y todo porque lo de usar el taxi o que te lleve alguien al lugar de la cita no acabamos de entenderlo como la mejor decisión a tomar. Por eso, si la mesa a la que somos convocados está alejada del centro, ni lo dude, no ponga en marcha su coche. Naturalmente, si se compromete a no beber, ¿por qué no?


Lo dicho, señores y señores, que nos han preparado una serie de encuentros, eventos y celebraciones que debemos aprovechar si queremos vivir estos días tan entrañables como merecen. Los que han hecho el esfuerzo para que el conjunto quede a la altura deseada también han pensado en las personas que vienen a visitarnos; unos, porque encontrarán lo que buscan para regalar, equipar sus hogares o llenar los armarios; otros, porque regresan a casa en busca de los suyos aprovechando las vacaciones navideñas. ¿Nuestro deseo?, que encuentren una ciudad que ha sido preparada especialmente para recibirlesy que les permita disfrutarla, para eso se han cuidado todos los detalles, para su comodidad y disfrute. ¡Ahora, a vivirla!