jueves, 21 de diciembre de 2017

EN JUNIO DE 2019, ELECCIONES MUNICIPALES

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Despedir un año no es nada sencillo, especialmente para quienes nos dedicamos diariamente a su análisis y seguimiento de todo lo que acontece en su territorio, y no menos de sus logros y necesidades, precisamente el apartado que más nos importa y sobre el que cargamos la práctica totalidad de nuestros esfuerzos. El que se nos va no ha sido nada fácil en lo que respecta la consecución de objetivos, pero es cierto que sí se han registrado algunos que, cuando estén terminados y en uso, ampliarán, sobre todo de cara al exterior, nuestras posibilidades como capital de la campiña norte que somos. Con todo, sabiendo que la próxima cita de las elecciones municipales la tenemos en el horizonte, porque serán en junio del 2019, los partidos políticos que tengan previsto concurrir a ellas deberán presentar sus credenciales en tiempo y forma y esperar a que la ciudadanía cuente con ellos como idóneos para la consecución de sus respectivos objetivos. Si aceptamos como confirmado el axioma que asegura que las elecciones de la siguiente cita electoral comienzan justo cuando acaba la última, da la impresión de que algunos de los convocados para junio del 19 están dejando pasar oportunidades de presentarse ante la ciudad como valedores de sus derechos. Las razones no las conocemos, pero sí las consecuencias, porque lo de tirar de partido aprovechando sus siglas sin antes haber sembrado y abonado adecuadamente el terreno, no solo supone una osada y peligrosa decisión, sino que puede acarrearle un verdadero y serio disgusto justo en el momento que más necesita del apoyo unánime de sus posibles votantes. En política, como saben muy bien quienes andan en ella, todo anda despacio menos las necesidades diarias de una ciudad, realidad que da pie a que el ciudadano se desespere esperando la realización de las promesas que le hicieron en campaña electoral, muchas de las cuales ni siquiera se cumplen a lo largo de la legislatura, y no siempre porque ha sido imposible su consecución y sí porque sencillamente eran mentiras usadas con premeditación y alevosía, y consolidar el dicho que asegura que en política todo vale.

Antes de seguir, dejar claro que no tenemos intención que vaya más allá de poner en antecedentes a quienes tengan a bien acudir a la cita electoral próxima en busca de apoyo popular para su causa y reivindicaciones, porque luego vienen las lamentaciones y el pudo ser y no fue. Por el momento, comprobamos que los de siempre se han dedicado a no estar de acuerdo en nada con lo que los otros deciden, posición política que no sirve para nada que tengan relación con el ciudadano y la mejora de su pueblo. Si acaso, les sirve exclusivamente a quienes deciden no apoyar las políticas generales que aprueban los que tienen responsabilidad de gobierno, porque de esta forma tan original evitan el trabajo paralelo que demanda cualquier negación, es decir, que si no están de acuerdo, por ejemplo,  con el presupuesto, por otra parte absolutamente legítimo, que presenten uno alternativo y que no opten por lo de siempre, es decir, rechazar la totalidad. Aunque ciertamente no dejen de ser percepciones muy personales, expresarlas no tienen más objetivo que el de iniciar cuanto antes el debate político que demanda una ciudad que no acaba de correr carrerilla y conseguir los objetivos que le propusieron los diferentes gobiernos municipales que la han dirigido hasta ahora. Es más, si desde estas organizaciones políticas se insiste en que ellos son imprescindibles para la consecución del estado de bienestar al que aspiramos, que lo demuestren, porque lo que sí sabemos es que nosotros sí que lo somos, porque sin nuestro voto no son nada.