La campaña de vigilancia y
control del transporte escolar llevada a cabo por la Dirección General de
Tráfico entre el 27 y el 1 de diciembre, presenta un saldo en nuestras
carreteras provinciales que confirma el control de 53 vehículos, de los que 33
de ellos fueron denunciados. Evidentemente, un porcentaje alto y preocupante
tratándose de un transporte tan sensible como el escolar. No obstante, veremos
ahora, con matices, en qué han consistido estas denuncias y el por qué. La
última campaña con este mismo objetivo se realizó en enero de este mismo año y
el porcentaje de vehículos denunciados fue del sesenta y seis por ciento. En lo
controles realizados por los agentes de Tráfico se han formulado un total de 60
denuncias, lo que significa que algunos de los autobuses sancionados lo han
sido por diferentes anomalías o irregularidades, aunque afortunadamente la
mayoría de ellas de tipo administrativo.
En detalle, estas han sido las
razones de las denuncias: autorización especial de transporte escolar, 17;
drogas positivas, 1; ITV, 1; seguro de responsabilidad ilimitada, 9; puertas de
servicio y emergencia, 1; acompañante, 4; dispositivo luminoso con señal de
emergencia, 1; señal de transporte escolar, 8, y otras sin especificar, 18.
Como vemos, la que más nos debe importar es la que denuncia a un conductor que
desarrollaba su trabajo bajo los efectos
de las drogas, por lo que representa y supone de hecho tratándose de un
vehículo de transporte escolar. El resto, ya lo han visto, casi todas ellas de
carácter administrativo, aunque algunas de representan un peligro añadido a la
conducción.
Por otra parte, las
inspecciones que han realizado los agentes de la Guardia Civil han consistido
en un primer control de carácter administrativo sobre las autorizaciones y
documentos imprescindibles que deben acompañar a estos vehículos, para,
posteriormente, verificar que las condiciones técnicas y elementos de seguridad
del autocar son los que exige la normativa, así como los requisitos especiales
que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducir y los
tiempos de conducción y descanso. Además, han controlado que los conductores
circularan a la velocidad permitida y que no hacían uso del teléfono móvil u
otros aparatos que supongan distracción, ya que ambos forman parte de las
principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de
vehículos. Independientemente de esta campaña intensiva, los agentes seguirán
realizando inspecciones en esta clase de transporte durante todo el curso
escolar por razones obvias, ya que la estadística contrasta la peligrosidad que
generan en ciudad y carretera por el propio trabajo que desarrollan.
Lo que debemos destacar,
especialmente para los que nos gustan este tipo de controles, es que se han
detectado una serie de irregularidades que ahora serán solventadas para que el
vehículo pueda seguir haciendo su trabajo. En cuanto al conductor al que se le
han controlado sustancias estupefacientes en sangre, si se le obligara a
cambiar de profesión quizás conseguiríamos cambiar la actitud de muchos de
ellos, que no parecen entender la incompatibilidad de su labor profesional con
el consumo de drogas o alcohol.