viernes, 15 de diciembre de 2017

LOS AUTOBUSES ESCOLARES, BAJO SOSPECHA

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La campaña de vigilancia y control del transporte escolar llevada a cabo por la Dirección General de Tráfico entre el 27 y el 1 de diciembre, presenta un saldo en nuestras carreteras provinciales que confirma el control de 53 vehículos, de los que 33 de ellos fueron denunciados. Evidentemente, un porcentaje alto y preocupante tratándose de un transporte tan sensible como el escolar. No obstante, veremos ahora, con matices, en qué han consistido estas denuncias y el por qué. La última campaña con este mismo objetivo se realizó en enero de este mismo año y el porcentaje de vehículos denunciados fue del sesenta y seis por ciento. En lo controles realizados por los agentes de Tráfico se han formulado un total de 60 denuncias, lo que significa que algunos de los autobuses sancionados lo han sido por diferentes anomalías o irregularidades, aunque afortunadamente la mayoría de ellas de tipo administrativo.

En detalle, estas han sido las razones de las denuncias: autorización especial de transporte escolar, 17; drogas positivas, 1; ITV, 1; seguro de responsabilidad ilimitada, 9; puertas de servicio y emergencia, 1; acompañante, 4; dispositivo luminoso con señal de emergencia, 1; señal de transporte escolar, 8, y otras sin especificar, 18. Como vemos, la que más nos debe importar es la que denuncia a un conductor que desarrollaba su trabajo bajo  los efectos de las drogas, por lo que representa y supone de hecho tratándose de un vehículo de transporte escolar. El resto, ya lo han visto, casi todas ellas de carácter administrativo, aunque algunas de representan un peligro añadido a la conducción.

Por otra parte, las inspecciones que han realizado los agentes de la Guardia Civil han consistido en un primer control de carácter administrativo sobre las autorizaciones y documentos imprescindibles que deben acompañar a estos vehículos, para, posteriormente, verificar que las condiciones técnicas y elementos de seguridad del autocar son los que exige la normativa, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducir y los tiempos de conducción y descanso. Además, han controlado que los conductores circularan a la velocidad permitida y que no hacían uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción, ya que ambos forman parte de las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos. Independientemente de esta campaña intensiva, los agentes seguirán realizando inspecciones en esta clase de transporte durante todo el curso escolar por razones obvias, ya que la estadística contrasta la peligrosidad que generan en ciudad y carretera por el propio trabajo que desarrollan.


Lo que debemos destacar, especialmente para los que nos gustan este tipo de controles, es que se han detectado una serie de irregularidades que ahora serán solventadas para que el vehículo pueda seguir haciendo su trabajo. En cuanto al conductor al que se le han controlado sustancias estupefacientes en sangre, si se le obligara a cambiar de profesión quizás conseguiríamos cambiar la actitud de muchos de ellos, que no parecen entender la incompatibilidad de su labor profesional con el consumo de drogas o alcohol.