martes, 5 de diciembre de 2017

NO ES DIFÍCIL VIAJAR SEGURO

Imprimir

Nos enfrentamos, cara a cara, con unos días que para muchos de nosotros representan un oasis en el camino, una oportunidad extraordinaria para el descanso, para reunir fuerzas ante las fiestas que se nos vienen encima en un par de semanas… En definitiva, que cada cual se encargará de darle forma a sus proyectos si tenemos en cuenta que el jueves, que es el que se encuentra entre el miércoles, día de la Constitución, y el viernes, que es lo es de la Inmaculada, serán más los que se queden en casa disfrutando de su ocio o realizando sus proyectos, para lo que solo es necesario tiempo libre para dedicarle. Se lo tomen ustedes como mejor les parezca, la realidad es que estos días de puente miles, millones de personas, los aprovecharán para desplazarse en busca de la familia con la que no podrán reunirse los días clásicos de Navidad, como es el caso de las noches del 24 y la del 31. Solo por eso conviene prepararse para el desplazamiento, sobre todo si nuestro destino se encuentra por encima de la comunidad de Madrid, que es donde nos encontraremos con un tiempo atmosférico que no nos va a facilitar el camino. De hecho, la semana pasada hemos tenido pruebas suficientes de lo que les decimos, con cientos de carreteras cortadas, puertos en los que eran necesarias las cadenas y con accidentes de todo tipo. Por lo tanto, aprovechando la oportunidad que tenemos de compartir con todos ustedes, lo mejor que se nos ocurre es ocuparlo con algunas informaciones relacionadas con lo que volvemos a repetir, será un desplazamiento masivo de personas y vehículos por todo el territorio nacional. Por otra parte, como el próximo viernes no acudiremos a la cita de las trece horas, será hoy cuando lo dediquemos a la carretera, al cuidado de nuestro vehículo y, en definitiva, todo lo que esté relacionado con el tráfico rodado.

Primero, si el viaje discurre por carreteras en las que lo más probable es que nos encontremos con niebla, hielo o nieve, asumir que existe la posibilidad de vernos envueltos en largas paradas o en cualquier otra anomalía dinámica, en la práctica nos vendrá muy bien, ya que nos equiparemos como conviene para casos de este tipo: depósito de combustible lo más completo posible, linterna, teléfono cargado y su correspondiente cargador, agua, mantas suficientes para los pasajeros que vayamos, herramientas mínimas pero imprescindibles, cadenas de cualquier tipo, alimentos en forma de galletas o parecidos por si la parada se alarga más de lo previsto… Y, sobre todo, información meteorológica previa de lo que nos encontraremos por el camino y evitar de esta forma las sorpresas. Segundo, elegir siempre que sea posible vías de comunicación transitadas, es decir, dejar a un lado los atajos y circular por las autovías o nacionales que estén bajo el control de las autoridades y, por tanto, bajo vigilancia de las máquinas quitanieves y la imprescindible sal que evita el hielo. En realidad, estos consejos, si tuviéramos que proporcionárselos a gentes  que residen por encima de Madrid, no servirían de nada, ya que están suficientemente acostumbrados a copiosas nevadas y otros contratiempos propios del otoño e invierno, pero en nuestro caso, que formamos parte de una comunidad en la que la nieve solemos verla de cerca en Sierra Nevada salvo excepciones que confirman la regla, no creemos que estén de más. Es lo mismo que lo de llevar las cadenas, que no siempre sabemos utilizarlas y a veces acabamos por imposible colocarlas. Aunque pueda parecer excesivo, nunca viene mal este tipo de detalles para evitar accidentes o no poder seguir el camino. Como hemos dicho en otras ocasiones, el otoño-invierno es mucho más exigente que cualquier otra estación de año, y a las pruebas nos remitimos. Equiparse para evitar las consecuencias que pueden devenir de un menosprecio a sus exigencias puede proporcionarnos un innecesario dolor de cabeza. Es más, si viaja con niños cuide al máximo todo los detalles.