Aunque llevamos tiempo
observando, como seguro les pasa a ustedes, el tema de la corrupción en nuestro
país, nos mantenemos sobresaltados y expectantes. Eso de que no pase un día que
no conozcamos casos nuevos, de que no aparezcan más encausados que han desviado
miles de euros a sus cuentas corrientes, a paraísos fiscales o guardados en
maletines que escondían en el altillo del armario de casa de sus suegros, por
ejemplo, entenderán que nos tenga sin sueño, que no acabemos de encajar las
piezas de cada uno de ellos adecuadamente y andemos más perdidos que un
nazareno en una playa. Es más, los jueces parece que ahora, después de años de
rastrear los pasos que han seguido los maleantes que ahora conocemos, han
centrado los sumarios y esta sea la causa de que sepamos más de la trama
valenciana, de Lezo, de la Gürtel, de la Púnica o de los ERE, entre las más
conocidas en la calle, porque todo indica que esto acaba de empezar. De hecho,
desde Valencia nos están llegando informaciones que dejan al descubierto lo que
parece la realidad de cómo se han financiado algunos partidos políticos y de
quiénes eran los que movían los hilos de esta corrupción millonaria
institucionalizada y con muchos años a sus espaldas. Hasta ahora, sin conocer
las razones y sin que nadie las haya explicado como corresponde a tema
socialmente tan trascendente, los que ahora han salido a la luz como los
señores X de parte del saqueo de dinero público a que han sometido a esa comunidad, siempre han estado ahí, cerca de
todo, sospechosos de formar parte de la cabeza de la trama, de manejar los
hilos del cotarro, pero sin ser directamente imputados. A partir de ahora no,
ahora las cosas han cambiado y los derroteros de la trama Gürtel valenciana
anuncian que tendremos juicio para rato y, paralelamente, investigaciones que
tendrán como objetivo desentrañar la enorme y bien tejida tela de araña
utilizada, no solo para la financiación de un partido político, sino para
engrosar las cuentas corrientes de los mangantes encausados.
Como habrán observado,
intencionadamente omitimos los nombres de los partidos que están hasta las
trancas por estos temas, y lo hacemos para evitar lo de siempre, es decir, que
como no faltan los que, en vez de asumir que los suyos son un mal ejemplo para
el partido en el que militan, quieren manchar nuestra tarea y ligarnos a otros
partidos, que es algo que arrastramos en nuestro expediente desde siempre,
evitar los detalles en asuntos que, por otra parte, están tan claros y son de
dominio público, estamos convencidos de que cuando menos nos permitirá pasar
más desapercibidos. Y cuando, además, son los dirigentes de los partidos
cogidos con las manos en la masa los que, en una demostración inaudita e
increíble clase de prestidigitación, aseguran que nada tienen que ver estos
temas con ellos y su trayectoria, que son asuntos del pasado protagonizados por
militantes o dirigentes que ya no pertenecen a su disciplina, la verdad es que
entendemos a quienes los representan a nivel doméstico, porque en realidad nada
tienen que ver con esta gentuza con coche oficial y sueldo público. Ocurre, no
obstante, que lo de hacer comulgar a la ciudadanía con ruedas de molino ya no
sirve, no se acepta de ninguna de las maneras, o sea, que no cuela. Nuestro
consejo, si lo aceptan, es que busquen nuevas estrategias para escurrir el
bulto de manera más honrosa, porque lo evidente es que hasta ahora lo que han
ido mostrando como excusa no se lo traga nadie. Desde luego, en plantilla
tienen a cientos de asesores que les podían echar una mano en asunto de tanta
responsabilidad, y más sabiendo que las elecciones generales están a la vuelta
de la esquina.