jueves, 15 de febrero de 2018

SE VENÍA VENIR, ERA DE ESPERAR…

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Se veía venir y además es justo. Eso de estar dándole vueltas a las pensiones sabíamos que acabaría pasando factura a quienes se dedican a inquietar a las personas que, legítima y justamente, reciben mes a mes la pensión de jubilación que, como hemos dicho en otras ocasiones, se han ganado, con su esfuerzo y aportación, el derecho a cobrar lo que es suyo. Es importante dejar claro que en ningún caso se trata de recibir un dinero que no les corresponda, sino de un dinero que previamente fue cedido de nuestra nómina como una especie de fondo de pensiones al que ahora, por cierto, se refieren desde el Gobierno con fines concretos y ligados a la gran banca, que es finalmente la gran beneficiada del miedo que nos quieren inocular con este objetivo concreto. Hace unos días planteábamos la misma situación ante el ímpetu con el que desde la OCDE se nos recomendaba lo mismo que el Estado, es decir, la contratación de un fondo de pensiones con el que, nos decían, llegar a la jubilación en condiciones económicas óptimas. Que volvamos al tema es evidente, por tanto, que no tiene más razón que denunciar la pertinaz insistencia que emana del Gobierno, y que acompaña, además, de anuncios dramáticos de que lo de las pensiones de jubilación tiene los días contados. Y no parece importarle que las elecciones estén en el horizonte y que, como ya anuncian las encuestas, estén siendo superados por otras fuerzas políticas. Cierto que algunas organizaciones políticas, exentas de escrúpulos, prometen lo que haga falta con tal de conseguir nuestro voto y que esta realidad debía cuando menos alertarnos de que podemos caer en redes mafiosas harto conocidas, pero se entiende que los mensajes que son acompañados de esperanza en un futuro mejor, en una distribución de la riqueza más equitativa y justa, sean recibidos de buena gana.

Confirmando lo que les decimos, centenares de pensionistas se concentran desde hace meses a las puertas de los ayuntamientos con el objetivo de mostrar su desacuerdo por la ridícula subida del 0,25 % de sus pensiones fijada por el Gobierno. En general, las reivindicaciones del colectivo son unir el incremento de las pensiones al IPC, que en 2017 fue del 1,2 %, en vez de a la subida establecida por el Ejecutivo, ya que si siguen perdiendo poder adquisitivo serán condenados a la pobreza y a la exclusión. Todas las convocatorias de concentraciones y manifestaciones celebradas hasta ahora y las que veremos en unos días tienen como objetivo concienciar a la sociedad para que luche por  una pensión digna que les permita vivir con decoro, tanto a los pensionistas actuales como a las futuras generaciones. Esto manifestantes se declaran independientes y anuncian que se trata de movimientos espontáneos de jubilados y pensionistas, de hombres y mujeres, que están cada vez más en precario. Por cierto, darán afectuosamente la bienvenida a todos aquellos que quieran apoyarles.

De acuerdo con sus manifestaciones, están hartos del Gobierno, pero también del resto de partidos con representación parlamentaria en el Congreso, convencidos de que deberían obligar a mejorar el sistema de jubilados y otros pensionistas porque tienen unos derechos y porque, unos por otros, no se ponen de acuerdo. Por lo tanto, insisten, no es responsabilidad sólo del PP, sino de todos los partidos, pues tiempo de sobra han tenido para haber llegado ya a acuerdos. Sus reivindicaciones no solo se centran en el ridículo aumento, como hemos dicho,  del 0,25 % de las pensiones y las perspectivas de reforma en la que los partidos políticos no se ponen de acuerdo, sino también en el IRPF que se les cobra. En resumen, que era de esperar, que se veía venir…