martes, 20 de marzo de 2018

A MANO, SEMANA SANTA

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La próxima semana llega una de las celebraciones más compartidas en nuestra ciudad. La  semana santa, además de representar un encuentro cristiano en la calle con nuestras imágenes más representativas, supone el reencuentro con las cientos de personas que andan en la diáspora por infinidad de lugares de dentro y fuera de nuestras fronteras, y que esperan la llegada de estos días para volver a casa, unos para recuperar viejas tradiciones, otros  para ponerse debajo de uno de los pasos que recorrerán nuestras calles y la mayoría para llevarse la fuerza que la familia les proporciona y que tanto necesitan allí donde residen. Sea como sea, lo primero que deseamos es que la meteorología permita a cofradías y hermandades procesionar a sus patronos, que no para otra cosa trabajan a lo largo del año. Por supuesto, tendremos novedades de gran importancia en la mayoría de ellas gracias al esfuerzo y desvelos de sus cofrades, que dedican algo más que su tiempo en mejorar el paso, la vestimenta o el ornato general de la comitiva. Nuestra ciudad hace años que cuenta entre las citas preferidas de quienes buscan lugares en donde poder vivir con intensidad y devoción la semana de pasión, y es un hecho que está obteniendo, paso a paso, entrega a entrega, un gran prestigio que la coloca entre las que son más seguidas y mejor valoradas.

Un año más, por tanto, volveremos a compartir con nuestra gente una cita que saca a la calle a la práctica totalidad de la ciudad y que reclama para ella y sus objetivos más atención de las Administraciones implicadas en su desarrollo, especialmente del Ayuntamiento, del que esperan los apoyos institucionales básicos que les permitan la consolidación de sus sueños. Como ocurre con otras convocatorias, la organización de la semana santa depende directamente de la agrupación de cofradías, que a su vez demanda la participación de los estamentos que participan en su desarrollo y control con el objetivo de conseguir el esplendor y la exaltación de sus principios cristianos. Naturalmente, el esfuerzo es ímprobo y las dificultades enormes, y la necesidad de la participación de todos se hace imprescindible sabiendo que los apartados economía, tiempo de dedicación y organización demandan algo más que imaginación para poder salir a la calle con todos los honores y como en general se espera de todas las cofradías.

Ahora, el tiempo es quien toma el control del inmediato futuro de la semana santa en nuestras calles y quien se encargará de que todo salga bien. Evidentemente, no sería la primera vez ni tampoco la última que, con todo preparado, con los pasos a las puertas de la parroquia de residencia, se han quedado con las ganas de procesionar a sus patrones. De hecho, nadie como los cofrades entran y salen estos días de los portales de internet donde se informa de la evolución meteorológica en busca de la ilusión que les suponen los avisos de que todo va a ir bien. Un año es un período excesivamente extenso como para no entender la ilusión y las ganas de todos ellos por ver en la calle, entre los suyos, a sus cofradías y sus imágenes luciendo con todo esplendor y belleza. Ojalá los astros despejen los cielos y nos ayuden a abrir las puertas de nuestros templos para compartir ilusión y admiración con nuestra gente, con nuestros esforzados e incondicionales cofrades. La radio, como siempre, estará a su lado para proyectar la buena nueva al mundo.