viernes, 13 de abril de 2018

EL BUEN TIEMPO SACA EL COCHE A LA CALLE

Imprimir


Lo normal, lo lógico para esta época del año, en plena primavera, es que la meteorología sea menos adversa, pero la realidad es la que es, y ya ven ustedes. Y menos mal que todo indica que, a partir de la próxima semana, el panorama cambia drásticamente y recuperaremos el buen tiempo y las temperaturas habituales de abril, aunque parece que serán más altas de lo normal. Sea como sea, que no quede nadie sin asumir que se inicia un tiempo especialmente delicado para el colectivo de los automovilistas, puesto que a partir de ahora no habrá fin de semana o atardecer que no se nos ocurra salir a tomar el refresco o el aperitivo lejos de la ciudad. Así ha sido desde siempre y no creemos que esta compartida costumbre se abandone por cualquier otra. El coche sigue siendo un compañero imprescindible para muchos de nosotros y de ahí que nos guste que nos acompañe, si pudiera ser, hasta la misma puerta de casa. Evidentemente, mientras que podamos hacer uso de él con tal asiduidad y no nos planteemos que usarlo conlleva un gasto que muchas veces podíamos evitar, pues nada, a seguir. A nosotros lo que nos importa, y es a lo que vamos, es que cuidemos los excesos que suelen aflorar en estas fechas, es decir, lo de consumir más alcohol del aconsejable cuando de por medio nos espera un recorrido que de ninguna de las maneras debemos calificar como corto, porque ya sabemos lo que suele ocurrir en este tipo de trayectos.

Otro capítulo importante es cómo se encuentra nuestro coche luego del crudo invierno que ha superado. Pocos serán los que no entiendan que, como buena máquina que es, demanda unos cuidados que aunque mínimos son obligatorios. De entre ellos, comprobar el anticongelante y si el mecánico entiende que lo mejor es renovarlo; los aceites que utiliza el motor para autolubricarse, que todos tienen fecha de caducidad y que pocos son los que los cambian, y los neumáticos, que seguro necesitan una puesta a punto, o sea, que los revise un profesional y responder a su diagnóstico sin objeciones ni dilación. En general, unas veces por pereza, otras porque estamos convencidos de que a nuestro coche no le duele nada importante y las más porque solemos dejarlo para más adelante, la realidad es que, como dicen los clásicos, mientras arranque a la primera, no le duela nada, frene y acelere bien, ¿para qué complicarnos la vida y gastarnos un dinero que más bien escasea? Dependiendo a quién le preguntemos es hasta posible que no les falte la razón, pero no es precisamente el mejor consejo que podemos dar.

Nosotros somos de los convencidos de que prevenir es mucho mejor que curar, o lo que es lo mismo, que las reparaciones antes de que aparezcan son mucho más baratas que cuando se hacen crónicas. Si a esto le añadimos que muchos de los profesionales de la mecánica  pasan horas y horas contestando a los interrogatorios a los que los someten los propietarios de vehículos y que por esta tarea no cobran, ¿qué perdemos si ponemos nuestro automóvil a su disposición y esperamos su veredicto? Es más, si es cierto que todos tenemos un mecánico de cabecera o un taller de confianza al que consultar sabiendo de antemano que nos dirá la verdad sobre el estado del vehículo, estamos perdiendo el tiempo y jugándonos una avería o un susto en el camino, inútilmente. No sean ustedes de esos que prefieren obviar el estado de su coche a cambio de jugarse la vida. En este asunto, o se es inteligente o torpe, ustedes deciden. Eso sí, no dejen para mañana la decisión que tomen.