Las obras de la calle La Plaza, que se prolongan por cierto en exceso, están acarreando serios problemas a los vecinos y vecinas de la calle Meloneras. Éstos y éstas, sin comérselo ni bebérselo, tal y como les ocurrió a los moradores de la calle Corta, y sin consulta de ningún tipo, han visto cómo el tráfico de vehículos ha crecido desproporcionadamente por su calle generando un serio peligro en todo su recorrido y obligándoles a replantearse sus movimientos, ahora más encorsetados por el incesante paso de vehículos que registra. De hecho, a quien se le ocurra poner un pie en la calle sin antes echar un vistazo, se está jugando la vida, porque puede ser atropellado por el vehículo que en ese momento circula rozando la puerta de su vivienda. Y, como nos cuentan, el tema de los niños es algo que llevan muy mal y que nunca como ahora se ven en la obligación de estar pendientes de sus movimientos en el interior de las casas, no sea que, sin avisar, quieran salir a la calle.
Es cierto que la calle Meloneras ha registrado circulación desde siempre, antes en un sentido y ahora en otro, pero nunca ha asumido el papel de arteria de comunicación principal entre la plaza Vieja y la calle El Pino y el resto de vías con las que comunica ésta. Si la intención ha sido la de dirigir el tráfico hacia la calle Magdalenas y El Pino por calle Meloneras, y los vehículos que iban con dirección a Lope de Vega, San Juan y demás, por ronda Mestanza, es evidente que se han equivocado, ya que la excepción es que algún conductor elija esta última. La gran mayoría lo hace por esta estrecha calle, y no crean ustedes que se trata de un número insignificante de vehículos, al contrario, cientos de ellos a diariamente..
La razón que ha tomado la autoridad competente, de mantener Hermanos Carvajal con el mismo sentido de circulación, parece que se basa exclusivamente en que de esta forma mantiene el tráfico que, desde calle Larga, usa de esta vía para dirigirse al Cuadro de la Virgen y las calles adyacentes. Y la decisión no está exenta de lógica, porque de otra forma obligarían a los usuarios que necesitan acceder a Jesús y María y a la carrera de la Virgen por calles que quedan manifiestamente más alejadas. Con todo, aceptando que se han encontrado con esta realidad por las obras de la calle La Plaza, limitar el paso de vehículos por la calle Meloneras tampoco hubiera sido complicado.
Desde nuestro punto de vista, a este asunto, como ya ocurrió con la calle Corta, le ha faltado diálogo. Estamos convencidos de que si a los vecinos y vecinas se les pide el esfuerzo justificando la causa, otro hubiera sido el análisis al que hubieran llegado, porque es evidente que la única información que han recibido es la que les lleva a planteamientos en la práctica inviables, como es el caso del cambio de sentido de Hermanos Carvajal.
Hacer las cosas bien en ningún caso representa un esfuerzo; es más, y centrándonos en este tema, otra hubiera sido la opinión de estos moradores y desde luego que hubieran soportado de mejor gana el intenso tráfico que por su calle discurre a diario, y más cuando se sabía de antemano que las obras de calle La Plaza tenían fecha de terminación, aunque luego, como está ocurriendo, ésta no se cumpla. Afortunadamente para ellas y ellos, no pasará mucho tiempo para que vean solucionada su demanda. No obstante, son conscientes que desde la Delegación correspondiente se ha practicado el ordeno y mando, el hecho consumado, y que ahí te las apañes como puedas.
Es evidente que el diálogo no es cosa de este equipo de gobierno, quizá porque cada están más convencidos sus componentes de que la ciudad es suya y que, por lo mismo, hacen y deshacen sin tener en cuenta a la ciudadanía.
Es cierto que la calle Meloneras ha registrado circulación desde siempre, antes en un sentido y ahora en otro, pero nunca ha asumido el papel de arteria de comunicación principal entre la plaza Vieja y la calle El Pino y el resto de vías con las que comunica ésta. Si la intención ha sido la de dirigir el tráfico hacia la calle Magdalenas y El Pino por calle Meloneras, y los vehículos que iban con dirección a Lope de Vega, San Juan y demás, por ronda Mestanza, es evidente que se han equivocado, ya que la excepción es que algún conductor elija esta última. La gran mayoría lo hace por esta estrecha calle, y no crean ustedes que se trata de un número insignificante de vehículos, al contrario, cientos de ellos a diariamente..
La razón que ha tomado la autoridad competente, de mantener Hermanos Carvajal con el mismo sentido de circulación, parece que se basa exclusivamente en que de esta forma mantiene el tráfico que, desde calle Larga, usa de esta vía para dirigirse al Cuadro de la Virgen y las calles adyacentes. Y la decisión no está exenta de lógica, porque de otra forma obligarían a los usuarios que necesitan acceder a Jesús y María y a la carrera de la Virgen por calles que quedan manifiestamente más alejadas. Con todo, aceptando que se han encontrado con esta realidad por las obras de la calle La Plaza, limitar el paso de vehículos por la calle Meloneras tampoco hubiera sido complicado.
Desde nuestro punto de vista, a este asunto, como ya ocurrió con la calle Corta, le ha faltado diálogo. Estamos convencidos de que si a los vecinos y vecinas se les pide el esfuerzo justificando la causa, otro hubiera sido el análisis al que hubieran llegado, porque es evidente que la única información que han recibido es la que les lleva a planteamientos en la práctica inviables, como es el caso del cambio de sentido de Hermanos Carvajal.
Hacer las cosas bien en ningún caso representa un esfuerzo; es más, y centrándonos en este tema, otra hubiera sido la opinión de estos moradores y desde luego que hubieran soportado de mejor gana el intenso tráfico que por su calle discurre a diario, y más cuando se sabía de antemano que las obras de calle La Plaza tenían fecha de terminación, aunque luego, como está ocurriendo, ésta no se cumpla. Afortunadamente para ellas y ellos, no pasará mucho tiempo para que vean solucionada su demanda. No obstante, son conscientes que desde la Delegación correspondiente se ha practicado el ordeno y mando, el hecho consumado, y que ahí te las apañes como puedas.
Es evidente que el diálogo no es cosa de este equipo de gobierno, quizá porque cada están más convencidos sus componentes de que la ciudad es suya y que, por lo mismo, hacen y deshacen sin tener en cuenta a la ciudadanía.