viernes, 14 de noviembre de 2008

LA CIUDADANÍA DEBE TENER VOZ Y VOTO EN LAS DECISIONES QUE SE TOMEN SOBRE EL TRÁFICO



Pronto, las autoridades locales, no sabemos si acompañadas o no de los personajes habituales que suelen invitar a las inauguraciones, especialmente si de por medio se reparte vino y canapés, se harán presentes en la calle La Plaza para confirmar que las obras, dos meses después del plazo previsto, han quedado terminadas. Cuando los vecinas y vecinos se quejaban justificadamente de la tardanza de éstas y de los problemas que tenían para entrar y salir de sus viviendas, además de no disponer durante unos días de agua corriente y no poder hacer uso de cisternas y sumideros, entonces no aparecían por esta calle y ni siquiera recibían las quejas de los residentes en sus despachos. La calle, de acuerdo con lo que hemos podido ver, ha quedado de dulce, aunque desgraciadamente no se ha aprovechado la oportunidad que les permitían las obras para ensanchar el acerado para que ganaran en seguridad.

Por fin, los cientos de usuarios que se han visto obligados a recorrer kilómetro y medio por calles estrechas y peligrosas hasta salir al cruce del antiguo matadero desde agosto hasta hoy, recuperarán su ruta habitual y, por tanto, dejarán de ser un peligro para los ciudadanos que recorren a pie Calancha, carrera de la Virgen y ronda Mestanza. Teniendo en cuenta que una de las máximas más extendidas y compartidas por los técnicos en el control del tráfico ciudadano es la de evitar que éste use las calles del centro para ir de un lado a otro de la ciudad, es decir, para que no ocurra lo que en Andújar vemos y sufrimos actualmente, que desde Ibáñez Marín, si queremos ir hasta las calles Larga o La Palma, por ejemplo, debemos introducirnos en vías estrechas, de escaso acerado (cuando disponen de él) y recorrer más de un kilómetro hasta llegar al extrarradio, la apertura de calle La Palma supondrá, ya lo hemos dicho, un alivio para la totalidad del tráfico de nuestra ciudad, porque les recordamos que esta vía, junto con Gabriel Zamora, Pino y Lope de Vega, es la que más vehículos registra diariamente, y, si tenemos en cuenta que la última decisión municipal que se tomó en una de ellas, concretamente en Lope de Vega, fue para eliminar el aparcamiento que allí existía sencillamente porque el autobús no podía cruzarse con ningún vehículo, ser objetivos y tomar decisiones que las dinamicen y las hagan menos peligrosas no creemos que represente un problema para los técnicos.

El empecinamiento de los responsables del tráfico de nuestra ciudad, de no aceptar consejos externos, quizá porque los saben viables y admitirlos les supondría un menoscabo a los conocimientos desde los que anuncian que deciden, estamos seguros de que acabará pasándoles factura. Activar la comisión ciudadana que debía ver los temas de la circulación en la ciudad, porque se ha reunido en contadas ocasiones y con la decisión política tomada de antemano, y que sea ella, siempre que resulte posible, naturalmente, la que elija qué calles deben ser prohibidas o limitadas, cuáles las direcciones prohibidas y dónde los pasos de peatones, qué recorrido debe desarrollar el autobús urbano, dónde ubicar los semáforos, cuáles son las mejores zonas para los vados de carga y descarga, qué limitaciones deben exigírsele a los residentes en calles peatonales a las que ahora no pueden acceder porque se juegan una denuncia, entre otras necesidades que la ciudadanía viene reclamando desde hace tiempo, sería lo más cómodo para nuestros dirigentes, ya que el error, la equivocación, la decisión, sería de la propia ciudadanía y, consecuentemente, no tendría de qué quejarse, al menos a ellos no.

Finalmente, dejar constancia de que debe estar desarrollándose un plan de actuación, o al menos es lo que detectamos, en el que se está priorizando la seguridad de los viandantes a través de nuevos pasos de peatones señalizados horizontal y verticalmente. Agradecemos esta dedicación de la Concejalía responsable, a la que, por cierto y no obstante, le hacemos saber que las señales verticales, en ningún caso, pueden colocarse allí donde obliguen a los usuarios de los acerados, ya a pie ya en sillas de ruedas, a descender al asfalto, con el peligro que esto representa para su integridad física, porque le han colocado la señal justo en medio de la acera.