Algo va mal en la política local. Es evidente que cuando nuestros representantes se ven las caras en el salón de plenos, las diferencias políticas e ideológicas los alejan cada vez más y los enfrentamientos ganan terreno. Los últimos plenos desarrollados confirman que las diferencias existentes en la interpretación del devenir de la ciudad son cada vez más manifiestas e intensos los diálogos. En el último, por ejemplo, volvieron a demostrar que no están dispuestos a llegar a ningún acuerdo que demande para su consolidación el apoyo de la totalidad de los concejales, aunque quizá existan consideraciones paralelas que no debemos perder de vista si lo que queremos es plantearnos seriamente qué tipo de políticas han elegido gobierno y oposición desde las que regir la ciudad.
Por el momento, los populares están sacando adelante sus proyectos más complejos y sus preocupaciones gracias al apoyo decidido de los andalucistas, cuyo único edil y portavoz presentó a los compañeros de pleno y a los ciudadanos que lo quisieron escuchar, que cada vez son menos, por cierto, una exposición de motivos para justificar su abstención sobre las cuentas de las obras del parque de san Eufrasio, que es lo mismo en la práctica que dar el sí al equipo de gobierno, y permitiendo de esta forma que los populares libren dinero de otras partidas del presupuesto para pagar la demasía que han representado las obras de remodelación que se realizaron en este parque, que para la oposición no están nada claras, entre otras razones porque el total es el doble de lo presupuestado. Con su actitud, el Partido Andalucista ha dado luz verde a un asunto que estaba atrancado por la negativa del resto de los opositores a aceptar sin explicaciones aclarativas, negadas sistemáticamente por el señor alcalde, de una obra municipal que, por mucho que se empeñe el equipo de gobierno en proyectar luz sobre obras y cuentas, siguen oscuras como boca de lobo.
El señor Salas, en su línea habitual de interesada pérdida de memoria, alegó que él, su partido, no tenía por qué conocer los detalles sobre esta obra y del pago de la deuda contraída por el Ayuntamiento, y sí confiar en la información del primer edil. Si tenemos en cuenta que el papel de los partidos en la oposición es precisamente el de fiscalizar en lo que les sea posible las cuentas y actuaciones de los regidores, que es obligatorio que estén informados de todos los acontecimientos y decisiones que se tomen y que es su deber denunciar en el pleno y en público cualquier abuso o desliz que detecten, confirmamos que la pérdida de memoria del señor Salas es un hecho incuestionable y muy peligroso para el futuro de la ciudad. Es posible que nosotros no tengamos claro del todo el verdadero papel que tiene encomendada la oposición en general y en nuestro Ayuntamiento en particular, pero si no es para controlar al gobierno y cuidar de que todo lo aprobado o negado se cumpla y que no se produzcan abusos de poder, ¿entonces? A lo mejor para el Partido Andalucista creer que con presentar una moción sobre el estado en que se encuentran el parque de las Vistillas y los jardines de Colón, que pudieron solventar y que no lo hicieron cuando fueron gobierno durante cuatro años junto con el Partido Popular, u otra para designar a nuestra ciudad libre de violencia de género, que rechazaron, por cierto, cuando esta misma propuesta la hizo IU-CA, tienen todo el trabajo hecho y claramente justificado el sueldo y las prebendas que obtiene su único representante en el salón de plenos, creemos sinceramente que se equivocan. De esta manera tan absurda hemos vuelto a perder una excepcional oportunidad de llegar hasta el fondo de una obra que, incluso para los especialistas en este tipo de actuaciones públicas, ha tenido un costo desproporcionado y por tanto injustificado. De hecho, si algún día entramos en más detalles y les contamos lo que desde el gobierno municipal se ha informado para justificar que al final la inversión haya sido del doble de lo presupuestado, comprobarán ustedes que están convencidos de que la ciudadanía no tiene ni idea de lo relacionado con el Ayuntamiento y menos de las formas y reglas por las que debe regirse, o que nos creen tontos del bote, que eso es peor.