A veces, diríamos que la mayoría de las ocasiones, los gobiernos municipales tienen la generalizada manía de no contar con la ciudadanía, que para eso está organizada en asociaciones, en el momento de tomar decisiones que entendemos pueden causar problemas colaterales a personas o colectivos, y que se evitarían si previamente contaran con su consentimiento o todo lo contrario. Esta situación se da especialmente cuando de tráfico se trata, puesto que lo de cambiar direcciones, prohibir el paso a algunas calles o peatonalizar alguna de ellas es algo que no deja contenta a todas las partes. En nuestra ciudad este asunto viene siendo norma decidida en la Casa Consistorial y por el momento nada anuncia que tengan intención de cambiarla. ¿Y qué situación se consolida cuando alguien decide por ti algo con lo que no estás de acuerdo? Pues que te aguantas y punto. Y como todo lo que suponga crítica a una decisión municipal representa estar en contra con sus principios, eso acaba siendo un enfrentamiento con quienes deben estar convencidos, debido a las sesiones continuas de lavado de cerebro a las que son sometidos, de ser dioses o al menos parecerlo, porque de otra forma no se entiende que no sea posible ponerle alguna tilde a nada que les competa.
Nosotros, adelantando el perdón que nos presenta ante sus señorías como personas educadas, les informamos de que no estamos para nada conformes con su decisión de cerrar al tráfico rodado (especialmente de vehículos de cuatro ruedas) las calles Argentina y Serpiente. Es verdad que coincidiríamos con sus planteamientos si el tráfico se eliminara del centro, pero no cuando lo que se ha hecho es obligar al automovilista a invertir más tiempo y más dinero para acceder a la plaza Isidoro Miñón desde la calle Los Civiles. Si antes lo hacía por Argentina y Serpiente, al menos no generaba tanto peligro como ahora, porque debemos recordarles que el anterior recorrido tenía que vérselas con el alumnado del Capitán Cortés y, de rechazo, con de los de La Salle y los trinitarios, pero esta criticada decisión le obliga ahora a vérselas directamente con el colegio de la plaza de España y, enseguida, con los del Francisco Estepa, con los que se cruza en una calle estrecha por demás, sin paso de delimitado para los peatones, con la salida/entrada de la Delegación de Hacienda y del Juzgado. Sinceramente, no lo entendemos.
Naturalmente, técnicos y muy buenos tiene el Ayuntamiento capaces de interpretar este tipo de situaciones claramente peligrosas, de forma que hayan permitido el discurrir de personas y de vehículos por calles realmente estrechas, pero nosotros seguimos sin entenderlo y lo sentimos. Y es que, obligados que están los conductores a vérselas con excesivas situaciones de peligro, ahora, una vez que llegan a la plaza de España, deben continuar su particular calvario hasta alcanzar la zona de Colón. ¿Qué se ha conseguido con esta medida? Sencillo: la mayoría de ellos optan por cruzar por la calle Corta o bien por Alhóndiga, dependiendo de adónde se dirijan. Y, que sepamos, en los dos casos se trata de vías accesibles sólo a los residentes y cocheras, por lo que los vecinos y vecinas de estas calles han vuelto a sufrir los inconvenientes y el peligro que supone el exagerado paso de vehículos que por ellas discurre a cualquier hora del día y la noche.
En fin, que volvemos a apelar al sentido común de nuestros representantes municipales con el fin de obtener de ellos y ellas el replanteamiento de una decisión que sinceramente creemos equivocada. Ahora se trata de esperar y eso haremos.