Siguen en pie las ya habituales campañas que los agentes de Tráfico de la Guardia Civil efectúan por orden de la Dirección General ligadas al uso indiscriminado del móvil mientras se conduce, del cinturón de seguridad de todos los pasajeros y el alcohol. Por el momento, las cifras de infractores se mantienen en el nivel de impresionante, lo que demuestra que no acabamos de entender o de asumir que las Normas en vigor deben ser respetadas en beneficio de todos, incluidos nosotros mismos. En el caso del móvil y del GPS, se sabe que es causa directa de accidentes, pero parece que sólo saben de esta manifiesta anomalía los que analizan los accidentes; el resto pasa olímpicamente. Los conductores que tienen como norma usarlos mientras conducen, si no han sido denunciados y posteriormente sancionados económicamente como la falta merece, sencillamente obviarán la orden. En el caso de los usuarios que no aceptan que el cinturón de seguridad es obligatorio llevarlo abrochado cuando el vehículo está en marcha, incluidos los traseros en carretera, muestra una preocupante falta de sentido común, puesto que a estas alturas no admitir que este sistema de seguridad acumula millones de éxitos en su expediente, confirma que se trata de conductores con escasa experiencia y poco aconsejables como compañeros de viaje. Con respecto al alcohol, estamos en el mismo caso, ya que consumir bebidas alcohólicas cuando sabemos que tendremos que usar el coche, no sólo anuncia un usuario peligroso por irresponsable, sino un potencial asesino. Y los que entienden que cuando se produce el accidente y que el hecho de ir bebido debía considerarse como atenuante, se equivocan. Y es así porque previamente, cuando estaba sobrio, tuvo la oportunidad de no beber alcohol y, consecuentemente, lo hizo asumiendo por lo tanto el riesgo y las consecuencias que podían derivarse de su frivolidad.
En una situación de tanto irresponsable al volante, y ante un nuevo fin de semana en el que el coche volverá a ser estrella en la carretera, nos convendría a todas y todos plantearnos un no rotundo a todo lo que sabemos aumenta el riesgo o la posibilidad de vernos involucrados en un accidente. Así, además de lo comentado, incluir el control sobre la velocidad, evitar maniobras peligrosas, especialmente los adelantamientos; usar la luz de cruce cuando circulemos por carreteras de doble sentido de marcha y respetar rigurosamente la señalización, nos parece lo más adecuado para nuestra seguridad. La finalidad no es otra que la de evitar cualquier exceso convencidos de que éstos acaban pagándose, y si es con dinero quizás lo entendiéramos, pero desgraciadamente suele ser con la vida. ¿O es que alguno de ustedes cree que los accidentes que se contabilizan los fines de semana sólo les ocurren a otros y que en nuestro caso estamos por encima de este peligro? Seguro que no, pero por si alguien lo entiende así, nuestro consejo es que no siga abusando de su suerte y acepte sus limitaciones personales y las del propio coche, que seguro tiene mucho que decir sobre el trato que le proporciona su propietario.
Conscientes de que no serán pocos los que nos tachen de reiterativos, aunque convencidos también de que no faltarán otros que apoyarán nuestros planteamientos y consejos, volvemos a recordarles este viernes un tema que no debería pasar desapercibido para ningún usuario, y no porque lo digamos nosotros y sí porque las estadísticas lo confirman. Ya está bien de jugarse la vida y de las personas que con nosotros viajan por el hecho de no aceptar las limitaciones de todos conocidas.