viernes, 25 de mayo de 2012

INNOVANDÚJAR Y EL PASO DEL TIEMPO


Suponemos que porque no ha generado noticias o quizá porque en realidad conviene dejarlo dormir un poco, el caso es que hace meses, muchos, que no sabemos nada de lo que en su día fue calificado como el gran parque tecnológico y logístico de la provincia, más conocido como Innovandújar. Luego se le añadió, aunque cronológicamente se anunció mucho antes, la construcción de una plataforma intermodal, lo que sería la repera para una zona de nuestra ciudad situada en la misma autovía y con el ferrocarril justo al lado. Para los que anden escasos de memoria, les recordamos que se trata de los terrenos que se escogieron para ubicar una gran acerería, concretamente la firma Ros Casares, que construiría otra en Sevilla y que entre ambas existiría una relación directa y casi diaria de tareas que desarrollar. Naturalmente, lo que representaba en esos momentos la inminente llegada de esta gran empresa, la construcción de los edificios oficiales previstos y las empresas que llegarían hasta esos terrenos en busca de encargos que servir a otras de mayor tamaño, supuso durante unos años, además de un enfrentamiento social y político continuado, un sueño para muchos trabajadores y comerciantes.

Sin embargo, fueron pasando los años y desde aquel día 4 de abril de 2007 hasta hoy, podemos asegurar que esos terrenos, la denominación oficial con la que fueron bautizados y el resto de parafernalia que se le añadió, no han servido para nada. Lo que prometía dinero fácil para los inversores que compraron a dos para vender a seis porque así se lo aseguraban, hoy es sencillamente una historia muy desagradable. Con todo, si nos atenemos a las cifras oficiales de inversión que se han barajado alrededor de las escasas obras de infraestructura que allí se han ejecutado y de las que hoy no queda prácticamente nada, entre cinco y siete millones de euros hicieron falta para poner en marcha el proyecto. Desgraciadamente, porque es el mejor calificativo que hemos encontrado para definir la suerte final de este gran proyecto, el sueño industrial de muchos y especialmente de quienes fueron sus promotores políticos y teóricos, ha quedado en nada. El enfrentamiento político que este proyecto generó entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía sirvió concreta y específicamente para echar abajo cualquier intento de sacar adelante lo que tanto necesitábamos entonces y añoramos ahora: una zona industrial moderna, con una distribución inteligente, completa y dotada de todo tipo de servicios, ajardinada, con oferta lúdica y deportiva completa. Y todo en la Nacional IV, a la vista de los que por allí circularan con sus vehículos. ¡Todo un lujo!

En definitiva, un gran paso para una ciudad y una provincia necesitadas de una industrialización a fondo y capaz de servir de máquina tractora que la proyectara al resto del mundo y en donde se fabricaran productos de primer orden y con gran demanda para mantener la maquinaria en movimiento. Evidentemente, eran tiempos en los que el dinero corría de un lado para otro con un dinamismo imparable, en los que conseguir créditos era relativamente sencillo y emprender proyectos estaba a la orden del día. Innovandújar por entonces iba y venía de despacho en despacho, de banco en banco y era materia de conversación y controversia entre la clase política. Sin duda, su capacidad para generar noticias no ha sido nunca comparada con otros acontecimientos conocidos en nuestra ciudad. La realidad es que esos terrenos sirvieron para generar expectativas económicas y empresariales de gran importancia y hasta nosotros vinieron magnates industriales en busca de suelo accesible por precio y ubicación, y que finalmente, sin que nadie haya explicado las razones hasta ahora, se fueron como vinieron. Nosotros, aunque los acontecimientos y la actual situación no son precisamente propicias para mantener las ilusiones, estamos convencidos de que lo que hoy es solo un erial, no pasará mucho tiempo sin que cambie su aspecto y su contenido.