martes, 19 de febrero de 2008

EL FUTURO DE LOS LLANOS DEL SOTILLO



La recta del Sotillo, lo que enfáticamente desde la política local se conoce como Innovandújar, desde el día en que Izquierda Unida y PSOE decidieron en este espacio, y con evidente visión de futuro, la compra de unos miles de metros, que (¡qué cosas!), no contó con el apoyo de quienes ahora presumen de que ellos y sólo ellos merecen el aplauso de la ciudadanía por esta inteligente decisión, comenzó la cuenta atrás de lo que se ha convertido en habitual enfrentamiento entre PSOE y Partido Popular. Para los primeros, porque afirman que no sólo efectuaron la compra, lo que ya representa un éxito, sino que han sido los únicos que han puesto algo de seriedad en su equipamiento, ya que primero buscaron la empresa (Ros Casares) y luego le dieron dinero en cantidad suficiente (concretamente, 15 millones de euros) como para que sus dirigentes no pudieran negarse a venir a nuestra ciudad; los otros, lo habitual, es decir, que si no es por ellos no habría terrenos y que, si hasta ahora no se ha visto el resultado de su ímproba dedicación, es porque la Junta de Andalucía los discrimina no dándoles nada de lo que piden.

Pero hay más, porque desde el socialismo se afirma que desde el primer momento, cuando estos terrenos pasaron de agrícolas a industriales, luego de un proceso que duró casi tres años (aunque debió y pudo realizarse en menos de uno), se tendió la mano de EPSA (Empresa Pública del Suelo de Andalucía) al Ayuntamiento para que fuera ésta la que se responsabilizara de la urbanización de los millón y medio de metros cuadrados de este recinto. Siempre según los socialistas, el alcalde se negó a que fuera la Junta quien llevara a cabo esta importante obra y decidió que sería el Ayuntamiento el que la realizaría, asegurando que tenía la fórmula para ello. Por supuesto, desde la autoridad local se niegan ahora estas afirmaciones y siguen insistiendo en que la Junta de Andalucía los discrimina y que es la causante de todos los males que aquejan a la ciudad.

Mientras tanto, los grandes perjudicados somos los ciudadanos, que observamos cada día con menos convencimiento que estos terrenos sean algún día el futuro de la ciudad. Y no vamos descaminados, ya que la realidad nos agobia y nos invita al pesimismo. Primero, porque la realidad de la duración de las obras de urbanización de sólo unos miles de metros, que no de la totalidad, frena cualquier deseo de que se implante en poco tiempo una industria capaz de generar empleo. De hecho, atendiendo el comunicado del Ayuntamiento, leemos en éste que quince meses invertirá la constructora en acabar con la urbanización de los miles de metros adjudicados. Si a este año y tres meses le añadimos el año y medio o dos que necesita la estación de energía eléctrica imprescindible para que empiece a funcionar, todo indica que es muy posible que superemos esta legislatura y no veamos acabada la primera fase del polígono, o Innovandújar, que es como gusta a nuestros munícipes que le llamemos.

Naturalmente y por otro lado, estos plazos se cumplirán siempre que el proceso discurra y se desarrolle de acuerdo con lo que se ha plasmado en la documentación precisa, porque como ocurra lo habitual (y ahí tienen el ejemplo de la estación de autobuses), es decir, que la empresa quiebre, que llueva o no más de lo habitual, que se descubran restos arqueológicos, que no se abonen las certificaciones en el tiempo previsto o que se impongan los caprichos de algunas de las partes, es probable que no seamos nosotros los que veamos terminado este recinto. Y ni queremos preocupar a nadie ni ser gafes de políticos, sino realistas, y desde esta perspectiva seguro que comparten con nosotros que somos la ciudad del mundo en la que más se tarda en hacer algo; lo que sea, porque dará igual.

Ahora se anuncia la colocación de la primera piedra y suponemos que será aprovechado el acto para los enfrentamientos habituales entre estos dos partidos. Para los populares, buscando dañar a sus oponentes en un tiempo en el que todo lo que sea restarle votos siempre será bienvenido; para los socialistas, todo lo contrario y echando mano de los mensajes ya conocidos y que no van allá de que ellos son los responsables directos de que vengan hasta Andújar la siderurgia Ros Casares y también Boluda, dos empresas que han comenzado a enarbolar el título de emblemáticas para ellos como lo fue, y cínicamente lo sigue siendo, Eurocópter para los populares.