
El Plan General de Ordenación Urbana, conocido como el PGOU, espera pacientemente el momento de su presentación en sociedad, luego de atravesar un largo pasillo no exento de controles y rechazos de quienes, como es el caso de las instituciones autonómicas y los partidos políticos en la oposición, están obligados a desmenuzarlo con el fin de que la ciudadanía sea la única y auténtica beneficiaria de una actuación que se mantendrá vigente al menos durante diez años. De acuerdo con la filosofía de este importante programa, en el PGOU quedará plasmada la ciudad del futuro más inmediato, ya que es en él donde se contemplan los nuevos espacios en los que se prevén nuevas construcciones residenciales, nuevos viales, nuevos parques y plazas, y nuevas zonas industriales. En nuestro caso, el que este importante documento no haya visto aún la luz parece responder al manifiesto interés del equipo de gobierno, más aún de nuestra primera autoridad, por atender prioritariamente a las empresas constructoras y propietarios de terrenos, quizás convencidas las partes de que de todo se puede obtener un dinero extra y que no siempre se debe tener en cuenta a la ciudad. Hemos tenido oportunidad, a lo largo de la anterior legislatura y de ésta, de comprobar cómo se ha intentado intervenir allí donde existía la posibilidad de construir por el simple hecho de sacar un desmedido provecho del permiso de obras.
El asunto, aún no aclarado del todo, de los terrenos de la antigua Abanderado, en donde se preveía y aún se mantiene la intención, la construcción de viviendas de todo tipo y, decían, y de hecho así relucía en uno de los trípticos con los que el equipo de gobierno tiene por costumbre obsequiarnos de vez en cuando, que para la ciudad quedarían parte de las instalaciones y que el ejecutivo local dedicaría a casa del deporte, y así rotulada la vimos en el comentado tríptico. Afortunadamente para la ciudad y también para las partes implicadas en este oscuro tema, fue detenida por parte de la autoridad provincial y aún está por decidir su conveniencia o no. A lo largo de estos años no han faltado tampoco las informaciones privilegiadas a quienes han mostrado su generosidad y disposición en varias ocasiones, anunciándoles con tiempo, al menos antes de que formara parte oficialmente de la decisión municipal, de la conversión de terreno rústico en urbano de miles de metros en la carretera de la Virgen, que ahora pertenecen por poco dinero a los acumuladores de tierra en la que poder recuperar la inversión construyendo sin más.
Más próxima tenemos la construcción de un edificio que se ha querido calificar de singular o innovador, pero que nadie entiende las razones esgrimidas para así denominarlo, y que preocupa enormemente a quienes viven en la calle Cazorla, porque, aparte de no estar de acuerdo con semejante altura, aseguran que sus pisos sufrirán las consecuencias que se derivarán de la construcción de semejante mole. Y es que hace años que vienen denunciando infinidad de grietas en sus viviendas y que ahora lo más probable, y parece que apoyados en informes técnicos que les dan la razón, es que aumenten y que acaben convirtiéndolas en un solar.
Y en estas estamos cuando aparece en el horizonte y con prisas el otro problema, éste no menos importante y con crisis laboral de por medio. Según los contratistas, en poco menos de dos meses las obras que se finalizan ahora cerrarán el período constructivo en nuestra ciudad. La razón no es otra que, como el PGOU no ha sido aprobado y puesto en funcionamiento, no tienen terreno en el que poder construir. La consecuencia inmediata es que la plantilla actual dejaría de tener actividad, y el número de trabajadores que iría al paro es muy importante; y no sólo éstos, porque alrededor de esta importante dinámica empresarial se mueven muchas empresas que dedican sus explotaciones precisamente a la venta de material de construcción, además de eléctricas, fontanería, madera, aluminio... Por lo tanto, que nadie se llame a engaño y que, pasados unos días, en el Ayuntamiento se quejen de falta de información. Al contrario, la totalidad de los empresarios del sector se han reunido en varias ocasiones con nuestros dirigentes en busca de soluciones y, como ven, no han sido capaces de solventarlas. Esperemos, no obstante, que en el tiempo que queda tengamos noticias esperanzadoras y acabe este mal sueño.