miércoles, 13 de febrero de 2008

DESESPERANZA Y RABIA ENTRE EL EMPRESARIADO DEL POLÍGONO GUADALQUIVIR



Citados por unos empresarios del polígono Guadalquivir, acudimos a su encuentro conscientes de que el tema a plantear sería la orujera y la presión a la que los someten diariamente y durante casi todo el año a estos industriales y las empresas que representan. Lo primero que nos impactó, y se lo decimos sinceramente, fue el intenso olor con que fuimos recibidos cuando descendimos de nuestro vehículo: desagradable por demás, dañino para los ojos y con gran capacidad para manchar lo que encuentra a su paso, especialmente las fachadas de las naves que visitamos y una especie de película aceitosa sobre los vehículos aparcados, además de que esta fina capa de aceite, o de algo parecido, les hace patinar cuando pasean o circulan con sus vehículos. Una vez en el interior de las naves, el olor se mantenía con intensidad, aunque menos que en el exterior, pero porque la contraseña aceptada por todas las personas que entran o salen de ellas es cerrar la puerta inmediatamente, sobre todos quienes dedican su actividad a la alimentación, la moda infantil o los toldos.

La queja más compartida es el desamparo municipal al que aseguran están siendo sometidos. Sólo en campaña electoral, nos dicen, acudieron por allí y aceptaron sus quejas, asegurándoles que sería un asunto al que se enfrentarían si volvían a estar al frente del gobierno, pero a la vista está que no han sido capaces, por olvido o dejadez, de tomar medidas que los aliviaran de tan trascendente problema para su devenir empresarial. Cuando han reclamado, y no han sido pocas las ocasiones, siempre se les ha contestado que intervendrían inmediatamente y luego nada de nada, cuando no han sido remitidos a la autoridad autonómica para que sea ella la que intervenga y solucione este problema. Después de un encuentro creemos que interesante para ambas partes, quedó claro que no estaban dispuestos a dejarse atropellar de la forma que lo están haciendo desde el Ayuntamiento y valoran manifestaciones o cierres temporales de sus empresas a la espera de que alguien, sea quien sea, se haga cargo de este problema. Por si les sirve de dato que pudiera reflejar la preocupación que comparte la totalidad del empresariado en este polígono radicado, observen que prácticamente no existen luminosos que puedan ser visibles desde la autovía, para evitar que algún cliente de cualquiera de estas empresas sepa dónde fabrican lo que ellos adquieren para su posterior venta. Tan convencidos están de que eligieron un mal lugar para ubicar en él sus empresas, que comprobamos cómo algunos de ellos buscan con urgencia otros terrenos en municipios próximos a donde trasladar su actividad y evitar una situación que los agobia y preocupa enormemente.

De mantenerse por más tiempo esta actitud municipal y también la de las otras administraciones que pudieran estar implicadas, no duden ustedes, señoras y señores, que no tardaremos en comprobar la fuerza de estos empresarios desde diferentes convocatorias, porque lo que nos anunciaron es que los planteamientos ya se han hecho, los acuerdos entre la totalidad ya han sido valorados y también la elección de qué es lo que suena más y más dañino puede resultar políticamente para quienes hasta el momento se han limitado a darles largas como única respuesta. Sólo hay que desplazarse hasta allí para entender el por qué del cansancio que reflejan en su mensaje y la desgana con la que toman decisiones empresariales, porque el olor es insoportable, les ahoga y ensucia todo lo que tienen al exterior; y el cielo siempre está cubierto de nubes aunque el sol resplandezca en el resto del municipio...

En tiempos como los de ahora, especialmente proclives a la aparición grupos seudopolíticos que persiguen y reclaman solución a sus problemas de las instituciones que interesadamente implican, echamos de menos que éste, de tanta importancia y trascendencia económica para la ciudad, haya sido incluido como de relleno, quizá porque la solución salpique más al equipo de gobierno local que a otras administraciones. Quizá se deba a eso.