
Hace unas días, una representación de empresarios radicados en el polígono Ave María nos invitó a que recorriéramos con ellos este importante recinto industrial. La intención no era otra que comprobar de primera mano el estado caótico en el que se hallan algunas de sus calles y la desatención que reciben de los servicios municipales, como es el caso de la limpieza o la iluminación; la primera, inexistente, y la segunda muy escasa. Lo primero que nos llamó la atención fue el mal estado de los acerados, algunos de los cuales han desaparecido en favor del exuberante follaje que allí crece a sus anchas, y no menos el del asfalto, del que quedan sólo unos restos que, de mantenerse por más tiempo esta dejadez, calificaremos de restos arqueológicos de lo que fue la mano del hombre al inicio de la actividad industrial de este polígono. Cuando circulen ustedes por cualquiera de estas vías, háganlo con un vehículo que no sea el suyo o que pertenezca al segmento de los todoterreno, porque de otra manera acabarán pagando una sustancial factura en el taller que lo recupere. A todo esto, lo que resulta increíble desde luego es que los empresarios que decidieron ubicar allí sus industrias no hayan conseguido aún del Ayuntamiento y de la Concejalía competente la atención que demanda su mal estado, y más teniendo en cuenta la inversión económica que han necesitado todas ellas, el costo que representa su explotación y la riqueza que aporta a nuestra ciudad, es decir, que no se trata de un vecino al que debemos atenderle en cualquiera de justas sus necesidades, sino de unas empresas que generan empleo y riqueza y que, por tanto, debían estar atendidas de manera expresa y especial.
Una vez más llamamos la atención de los representantes de las asociaciones gremiales que tengan que ver con el mundo empresarial para hacerles llegar el mensaje que, a su vez, nos entregaron los empresarios que nos invitaron a recorrer este polígono, y que no es otro que la exigencia de una mayor atención por parte de nuestros munícipes para sus justificadas demandas, algo que, por otra parte, vienen haciendo por su cuenta desde hace tiempo y que hasta ahora no han sido atendidas. Es causa de profundo malestar, y así nos lo decían estos industriales, que hagan inversiones millonarias en la construcción de sus naves, se adecente el interior de éstas y se mejore en lo que se pueda el exterior, para que luego no se haga el seguimiento del entorno que evitara la proliferación de todo tipo de malas hierbas que tanto dañan la imagen de las empresas. Al mismo tiempo, invitar a un posible cliente a que visite las instalaciones, supone por sí mismo un problema cuando debía ser todo lo contrario, ya que le obligan a adentrarse por unos viales en los que les puede ocurrir de todo, desde un inoportuno pinchazo a la rotura de cualquier elemento de la suspensión de su vehículo.
Estos profesionales, decididos empresarios dispuestos a acometer cualquier acción que acabe con la penosa situación en la que el gobierno municipal los tiene sumidos, reclaman un plan de trabajo con objetivos concretos que tengan fecha de inicio y finalización. Sus empresas han cumplido con el compromiso que adquirieron con sus trabajadores y con la prosperidad de la ciudad, y ahora esperan de ésta, a través de sus legítimos representantes, que actúe con inmediatez para evitar el manifiesto deterioro que sufre la totalidad del polígono. Desde nuestra perspectiva, la verdad es que la zona se parece a cualquier cosa menos a un centro industrial: proliferan los socavones en la totalidad de los viales, los acerados se diluyen entre las hierbas que han dejado crecer desproporcionadamente, la basura campa a sus anchas, el alumbrado no existe en la mayoría de las calles, la información sobre la ubicación de las diferentes industrias es inexistente y el aspecto general es deplorable.
La urgencia y la necesidad de un plan de recuperación que acabe con la insoportable situación en la que se desenvuelven estos industriales, no parece que sea algo inalcanzable. Al contrario, quienes nos invitaron y nos detallaron sus necesidades, lo hicieron desde la ponderación y el comedimiento, conscientes de que no es fácil recuperar lo que durante tantos años se ha dejado perder, pero paralelamente con las ideas claras sobre que no es posible mantenerlo en tal estado por más tiempo. Ahora de lo que se trata es de que los pilares sobre los que basan su exigencia sean por sí mismos convincentes y que pronto podamos recorrer este polígono sin problemas. Ojalá lo consigan.