A falta de que Partido Andalucista y Partido Socialista hagan una presencia pública con el mismo fin que lo hizo ayer Izquierda Unida, que ha tenido a bien compartir con la ciudadanía lo que a sus analistas les parece la situación económica de nuestro Ayuntamiento después del primer año de legislatura, todo parece indicar que el equipo de gobierno mantiene las mismas directrices económicas y de gestión general que hasta el momento le han conducido directamente a la quiebra técnica. Repasando nuestras notas, el mes de marzo del año pasado comprobábamos que la deuda con los proveedores, donde no se tienen en cuenta a bancos u otras entidades, se calcula que estaba en doce millones de euros, o sea, 2.000 millones de pesetas. Hoy, la misma coalición asegura que ésta alcanza los dieciséis millones de euros (2.600 millones de pesetas), tres de los cuales no tienen consignación presupuestaria, es decir, que es como si no estuviera reconocida. No entramos en detalles de las deudas que se mantienen con diferentes organismos, que es muy importante, porque nos interesa sobre todo el dinero que se debe a las medianas y pequeñas empresas de nuestra ciudad, y suponemos que también de otras ciudades.
Se mire por donde se mire, se hagan los ajustes que se quieran, se use esta cantidad como les venga en gana a los que sólo ven virtudes en este equipo de gobierno, la realidad echa abajo cualquier argumentación por muy sustentada que esté. A estas alturas, después de cinco años dirigiendo la ciudad, luego de infinidad de posibilidades de reducir esta deuda, de planificar su pago, de haber tenido tiempo para hallar soluciones que paliaran la situación de extrema gravedad que atraviesan muchas de nuestras empresas, complicado será conseguir documentación y datos que justifiquen semejante varapalo a quienes el único error que cometieron en su día fue atender la demanda del Ayuntamiento. En marzo del año pasado, la deuda reconocida con los medios de comunicación era de 120.000 euros, y tal como se desarrollan los acontecimientos en este apartado, lo normal es que haya aumentado sensiblemente esta cantidad un año después. No obstante, y con mucha prisa, el equipo de gobierno trabaja en la finalización de las instalaciones de la emisora municipal que pondrá próximamente en marcha, desde donde suponemos que enviará a la ciudadanía su habitual mensaje de que todo va bien, y que la culpa de todos nuestros males la tienen los demás. Lo vergonzoso de este asunto es que con el dinero que nos adeuda a los medios de comunicación locales, que supera los veinte millones de pesetas, desarrolla actualmente su plan de dotar al municipio de un nuevo medio de comunicación controlado exclusivamente por ellos, en el que nadie que no comulgue con sus consignas podrá expresarse y en el que trabajarán no los más cualificados profesionales, que es lo que se merece la ciudadanía, sino los más próximos a nuestra primera autoridad. En realidad se trata de un dinero nuestro, de los indefensos ciudadanos, que el Ayuntamiento dilapida en cosas innecesarias y que no tiene más objetivo que el de propagar los bondades del partido, que usa del medio exclusivamente para su auto propaganda y, de paso, contentar a los más accesibles con memeces.
De esta forma, el magnífico alcalde de nuestra ciudad, que no duerme pensando en la prosperidad de los empresarios que le dan vida y fuerza, lo que hace es no pagarles lo que les debe y, por si fuera poco, con dinero municipal crea una empresa que no tiene otro fin que el dañar a las establecidas. Así de sencillo. El Partido Popular de Jaén, durante el tiempo que duró su legislatura, hizo lo propio y en 2001 creó Onda Jaén, una emisora de radio y televisión que actualmente alcanza una deuda de dieciséis millones y medio de euros, es decir, que les ha salido a más de dos millones de euros por año los gastos de explotación. En nuestro caso, por ser lugares idóneos a donde enviar a los que se quiere colocar y no se encuentra lugar para ellos y ellas, en donde nadie tiene acceso a las cuentas de explotación y desde donde es posible desarrollar tareas de captación de simpatizantes, estamos seguros de que no tendrá futuro, y no duden ustedes que supondrá una merma en el presupuesto municipal muy importante. Que no faltan los que están convencidos de lo contrario, por supuesto, pero los fines que persiguen no son precisamente los de trabajar por la ciudad y sus intereses, sino exclusivamente por los suyos.
De todas formas, que la pongan en marcha. Eso sí, antes que nos paguen lo que nos deben, porque es de justicia. Supone una vergüenza, un acto injustificable y una decisión malévola que con el dinero de todos los medios locales, que con muchas dificultades mantienen a un buen número de familias, se construyan su propio medio. Actos de este tipo confirman las intenciones de quienes nunca han tenido a la ciudad como fin y sí como medio para alcanzar sus fines personales y de partido.