Cierto que algunas competiciones siguen en pie, que los compromisos deportivos de algunos de nuestros jóvenes son muy importantes e incluso trascendentes para su estabilidad emocional y deportiva, pero creemos que es el mejor momento para dejar constancia pública de lo que, al menos para nosotros, nos ha parecido la campaña que han desarrollado a lo largo de la temporada que comienza en 2007 y culmina en 2008. Dará igual que les hablemos de fútbol de mayores o de benjamines; tampoco importa ahora si se trata de atletas en general o de nadadores o velocistas en particular... Lo que a nosotros nos impulsa a compartir con ustedes este comentario no tiene otra razón y objetivo que agradecer su entrega, interés y deportividad; hacerles llegar lo importante que ha sido para su ciudad y sus habitantes la labor que han protagonizado a lo largo de estos meses y lo profundo que ha calado en la mayoría de ellas y ellos.
Tanto el fútbol sala como el baloncesto, o los deportistas que se las tienen que ver con pistas al aire libre o pabellones cubiertos, con piscinas o pistas de tenis, con la bicicleta o la pala del tenis de mesa, con el deporte de élite o con el de base, con el tiro al plato o la natación para los disminuidos físicos, con el alpinismo o el parapente, con el ciclismo de carretera o de montaña, con el voleibol, con... Con cualquiera que haya sido la disciplina elegida e independientemente de los resultados que hayan obtenido, convencidos de que lo importante es participar, queremos desde esta tribuna diaria hacerles partícipes del orgullo que ha supuesto para todos nosotros su decisión por engrandecer su patrimonio y el nuestro, porque debemos recordar, especialmente la clase política, que estos chicos y chicas presumen de ciudad allá donde dan a conocer sus posibilidades ante el público que asiste a los encuentros deportivos en los que participan.
Y si por sí misma su labor, una vez más, supone una gran lección de humildad, fuerza y generosidad, más importancia tiene si tenemos en cuenta las condiciones en las que están obligados a desenvolverse los clubes que los cobijan y los deportistas que los componen, que lo hacen prácticamente sin medios económicos y, lo que es peor, sin una justa valoración oficial para su esfuerzo. Entre nosotros, el invento de la gala de los deportistas del año parece cumplir ampliamente con las obligaciones de los organismos implicados estatutariamente en esta labor, y del resto no quieren saber nada. Se aprovechan del "glamour" del acto, buscan cámaras a las que asomarse y magnetófonos en los que dejar grabada su palabra, y a partir de ahí no quieren complicaciones que vayan más allá que las de acudir a la cena del club o de la peña deportiva que les convoque.
Sin embargo, para llegar hasta donde algunos y algunas de nuestras deportistas lo han hecho, muchas han sido las horas que han necesitado para poder destacar en la prueba en la que participan; muchos han sido los quebraderos de cabeza a los que han sido sometidos los directivos para obtener dinero con el que acudir a los gastos más perentorios de ellas y ellos, que tienen que viajar, comer y dormir fuera de sus casas. El ejemplo de muchos de los padres con menores en las diferentes categorías deportivas nos puede servir como excelente ejemplo de la descoordinación y dejadez administrativa, ya que han corrido con los gastos de desplazamientos a todos los niveles, incluso asumiendo el riesgo que supone llevarlos y traerlos en sus vehículos particulares temporadas completas.
Los hombres y mujeres que se responsabilizan de los clubes y que los dinamizan con un gran esfuerzo, merecen también nuestra admiración por la gran capacidad imaginativa que han demostrado un año más. Conocer los problemas en los que se desenvuelven diariamente, que los deben compaginar con sus habituales tareas laborales, y haber sido capaces de alcanzar la meta propuesta al principio de la temporada, creemos sinceramente que les hace destacar de entre una gran mayoría. A todas y todos, por tanto, felicidades y gracias por el esfuerzo que habéis realizado.