
Hace unos meses, concretamente en mayo, desde el gabinete de prensa del señor alcalde nos llegó una nota en la que se nos informaba a los medios de la inmediata apertura de la oficina que respondería, ante la ciudadanía y ante los empresarios, del archiconocido Centro Comercial Abierto, del que, por cierto, muy pocos saben de sus posibilidades con respecto a las fórmulas inventadas que se supone atraerán a potenciales clientes hacia los comercios del centro comercial de toda la vida. Hemos escuchado lo que hasta ahora han tenido a bien contarnos desde los organismos competentes y es mejor que nos les digamos las conclusiones a las que hemos llegado, porque es posible que comprometamos a quienes todo este asunto les sobrepasa.
A estas alturas del año, o sea, casi cinco meses después del comunicado municipal, a lo más que se ha llegado es a equipar del mobiliario adecuado la oficina en cuestión, y quizá porque se perdían las subvenciones que desde la Junta de Andalucía habían sido previstas. El apartado de personal parece que es el que más quebraderos de cabeza y enfrentamientos está generando entre quienes tienen responsabilidad en el futuro Centro Comercial Abierto. El por qué no lo conocemos, pero teniendo en cuenta cómo se las gastan los implicados, se nos ocurre que este punto puede prolongarse hasta las próximas navidades y para entonces porque el momento y la situación les obliga a tomar las decisiones oportunas y convenientes si de verdad lo que se quiere reactivar las compras en el centro comercial.
En cuanto al empresariado, parte fundamental del futuro de esta oficina, es evidente que no todos la observan con los mismos ojos. La razón la basan en que, aunque están obligados a pagar las cuotas o cánones previstos, no todos los comercios se beneficiarán de los trabajos y campañas que se desarrollen a favor de un mayor número de potenciales clientes en nuestras calles. Las preguntas y las dudas más compartidas se basan en si sólo será el centro comercial de siempre el que se beneficiará del esfuerzo de la totalidad de los empresarios, o si se llevarán también posibles compradores hasta el resto de comercios de la ciudad alejados del centro histórico. De ser así, huelga la disconformidad y la crítica, y ninguno de ellos se negaría a participar al desarrollo de programas de los que sólo se beneficiarán unos cuantos; todo lo contrario ocurriría si, como temen, su dinero sólo beneficiaría a los de siempre.
Así las cosas, pocos, muy pocos, son los que confían en que la puesta en servicio de la oficina inaugurada hace unos meses, y cuya apertura, como hemos dicho, estaba prevista para el mes de mayo de este año, tenga la continuidad deseada. Por si nos sirve de algo la experiencia acumulada a lo largo de los años, nunca se ha conseguido el apoyo solidario de los comerciantes cuando se ha acudido a ellos en busca de ayuda económica para el desarrollo de las campañas navideñas habituales. Al contrario, un número importante de ellos, y desde luego muy significativo, ha optado por no querer saber nada de estas convocatorias. Y no siempre esgrimiendo justificadas razones y sí conscientes de que, con su apoyo o sin él, al final se beneficiariían de la sinergia positiva que se desprende de los diferentes programas que se organizan. Sirva como dato de esta injustificada insolidaridad que hace unos años, en plena celebración de Navidad y Reyes, recorriendo las calles del centro, sabíamos los comercios que habían participado en la campaña sencillamente porque a las puertas de sus tiendas habían colocado una alfombra roja.
A falta de poco más de dos meses para la gran fiesta comercial de final de año, la oficina del Centro Comercial Abierto sigue cerrada, o al menos esa es la sensación que transmite, y no creemos que Andújar, los empresarios del sector, estén para soportar los interesados desencuentros que hasta el momento se han producido entre las partes implicadas en cubrir los empleos que demandará esta oficina.