Los que habitualmente siguen este espacio, saben que los viernes los dedicamos al tráfico casi exclusivamente. Y los venimos haciendo así porque los fines de semana nos invitan a salir a la carretera en busca de descanso, o de familiares o amigos, y no siempre hacemos el viaje con las garantías propias de un acontecimiento que, aunque escasamente valorado por su importancia para nuestra integridad física, solemos realizar despreocupados. Sin embargo, las estadísticas del día después confirman nuestro temor con cifras de accidentes desproporcionadas y sangrantes, con cientos de familias destrozadas y pérdida de muchas vidas humanas. Esta es la realidad de la carretera diariamente, es verdad, pero los fines de semana es claramente diferente porque a ella acuden conductores y conductoras que, como no viajan normalmente, salir a la carretera es casi un acontecimiento para ellas, y este detalle coadyuva claramente al aumento de la peligrosidad.
Este fin de semana, por celebrarse la Fiesta de la Hispanidad el domingo, el lunes se convierte en un día de descanso añadido, que, inevitablemente, aumentará el tránsito de vehículos por nuestras carreteras precisamente en una época en la que es preciso aportar más interés si cabe a la conducción, ya que la meteorología que se anuncia no será precisamente favorable para ello. Se entiende que las familias que posean propiedades en la sierra o en la costa quieran desplazarse hacia estos lugares para disfrutar de unos días de ocio, pero debían al mismo tiempo saber que el Instituto Nacional de Meteorología nos ha adelantado que se espera tiempo desapacible y fuertes vientos y lluvia. Y lo decimos no tanto para que eviten el viaje, que esa es una decisión personal en la que ni queremos no debemos entrar, sino porque lo hagan con todas las garantías, especialmente en lo que tiene que ver con la preparación del vehículo.
La mayoría de nosotros nos hemos plantado en el otoño con nuestro coche en el mismo estado con el que hemos superado el verano y es posible que hasta la primavera. Como sigue andando y no se queja, dicen algunos, para qué echarle dinero encima. Sin embargo, necesita de cuidados tales como una ojeada a los neumáticos, que en esta época cualquier defecto lo podemos pagar con la vida; también los líquidos y aceites que permiten que el motor trabaje sin sorpresas requieren un poco de atención; en las mismas está el equipo óptico, porque en esta época del año los días son más cortos y necesitamos de las luces más horas... Definitivamente, que estamos obligados con nosotros y nuestras familias a controlar el coche si no queremos vivir momentos desagradables, y más cuando sabemos que el desembolso económico no es tan elevado como para disuadirnos de esta obligada visita al taller.
Y no crean que nos referimos particularmente a quienes tengan previsto realizar un largo recorrido, definiéndolo así porque supera los doscientos kilómetros, sino a quienes realizarán distancias cortas, que siguen siendo los usuarios que acaban identificados como accidentados en la estadística del fin de semana. Aunque las razones hace años que Tráfico las conoce y nos ha hecho partícipes de ellas, parece que el exceso de confianza, que el conductor esté acostumbrado a este recorrido y que se trata de carreteras en las que la presencia policial es prácticamente inexistente o testimonial, parece que son las causas que más influyen en el accidente. Si le añaden ustedes que, precisamente por lo que les hemos contado, muchas y muchos son los que no hacen uso del cinturón de seguridad o del casco si se trata de conductores de motocicletas, quizá entiendan mejor las consecuencias tan funestas que se derivan de ellos.
Que ustedes disfruten de este largo fin de semana es lo que queremos. Lo que les hemos dicho responde precisamente al afecto que les tenemos y a las ganas de que no les ocurra nada. Que se lo pasen bien y hasta el martes.