En este viernes, día 31 de octubre, dentro del ciclo de rutas renacentistas por Andalucía, nos vamos a marchar hasta Granada. Esta ciudad, además de ofrecer el esplendor de la Alhambra, tiene mucho más que regalar al visitante. Nosotros/as, en nuestras rutas culturales de esta temporada nos estamos acercando hasta el renacimiento, es decir, hasta el periodo artístico y cultural de los siglos XV y XVI, donde, fundamentalmente, se volvían los ojos hacia los cánones de belleza de etapas clásicas.
En este sentido, Granada capital nos ofrece el palacio de Carlos V, dentro del recinto de la Alhambra. La planta cuadrada del palacio se estructura en torno a un patio circular.
Asimismo, el deseo expresado por Carlos V en el año 1525 de visitar Granada llevó a construir unas habitaciones, 6 en concreto, en la misma Alhambra. En realidad, el rey nunca llegó a visitar estas salas, aunque sí lo hizo Washington Irving, como método de inspiración para escribir sus famosos cuentos de la Alhambra.
También hay una estancia, llamada el Peinador de la reina, construida para ser ocupada por la emperatriz Isabel. Es una sala rectangular, de esplendorosas pinturas, en cuya parte derecha hay una losa de mármol con un agujero, por donde salía el perfume quemado en una chimenea situada en la habitación de abajo.
Cuando hayamos terminado de recorrer todo este conjunto, lo cual requiere su tiempo, podremos desplazarnos hasta la Real Chancillería, primer edificio construido específicamente para albergar un tribunal de justicia. Les impresionará su imponente imagen. Tras ella, pueden refrescarse en el Pilar del Toro, cuyo frontal representa una cabeza de toro y a ambos lados, cuenta con dos esculturas de niños. Se remata el conjunto con el escudo de la ciudad.
Cuando hayamos terminado de recorrer todo este conjunto, lo cual requiere su tiempo, podremos desplazarnos hasta la Real Chancillería, primer edificio construido específicamente para albergar un tribunal de justicia. Les impresionará su imponente imagen. Tras ella, pueden refrescarse en el Pilar del Toro, cuyo frontal representa una cabeza de toro y a ambos lados, cuenta con dos esculturas de niños. Se remata el conjunto con el escudo de la ciudad.
Una vez refrescados, continuaremos nuestro camino hasta alcanzar la iglesia de santa Ana, ubicada sobre el antiguo solar de una mezquita, llamada Al-jama Almanzora.
Su torre, de gran esbeltez, se enmarca con azulejos blancos y azules de clara influencia sevillana. Y si aún no han agotado el fin de semana, les queda todavía mucho que visitar, como la casa de Castril. Este palacete toma su nombre del señorío de Castril, título concedido por los reyes Católicos a su secretario, de origen plebeyo y pobre de nacimiento, pero muy leal en su servicio. La portada de la casa es digna de ver.
Aún encontraremos, otros palacios, como el de los Córdova, los Beneroso o los Caicedo, monasterios como el de san Jerónimo o convento de Santa cruz la Real y casas como la de las Chirimías, cuyo nombre hace alusión a un instrumento de viento.
Si nos ha dado tiempo a conocer todas estas edificaciones, es que hemos aprovechado al máximo el tiempo. A nosotros ya se nos acaba por esta semana, pero esperamos contar con más el próximo viernes. Les emplazamos aquí para entonces. Feliz semana.