lunes, 1 de diciembre de 2008

CONMEMORAMOS EL VEINTE ANIVERSARIO DE LA MOVILIZACIÓN GLOBAL CONTRA EL SIDA


Este año se conmemora del 20 aniversario de la movilización global entorno al sida. Nosotros, como todos los años, dedicamos este espacio reflexivo de Radio Andújar a este importante tema y unimos nuestras fuerzas a quienes buscan la visibilización de la problemática de esta enfermedad dejando claro que el problema del sida nos afecta a todos y a todas por igual, indistintamente de la orientación sexual, condición social, etnia o estilos de vida que cada persona haya decidido libremente. Sin embargo, y debemos reconocerlo como definitivo si queremos encontrar respuestas a las preguntas habituales que nos encontramos al paso del conocimiento que necesitamos sobre esta enfermedad, las circunstancias que presentan algunos sectores de la población hacen que éstos, las enfermas y los enfermos, se encuentren en un contexto de mayor vulnerabilidad ante la enfermedad. Entre otros colectivos que sufren de manera particular las consecuencias derivadas de su padecimiento, las mujeres inmigrantes, los hombres que tienen sexo con hombres, los transexuales y las personas privadas de libertad, que deben enfrentarse a una situación que requiere una atención especial de la sociedad en general, pero muy concreta y específica de las autoridades sanitarias.

En esa misma línea, la juventud tiene que vérselas con un escenario repleto de carencias en materia de educación afectiva sexual, por lo que entendemos se impone se dicten y desarrollen leyes en este sentido, ya que es una necesidad social apremiante y justificada. Por todo esto, hoy unimos nuestra voz al principio de equidad en la asistencia sanitaria y prevención en nuestro país, porque presenciamos incrédulos que existen personas que reciben un trato discriminatorio dependiendo de la comunidad autónoma donde residan, de la clase social a la que pertenezcan, de la etnia que los define y de infinidad de exigencias tan extrañas como incomprensibles. Por otra parte, los colectivos que trabajan en el ámbito del sida denuncian que asisten al menoscabo de sus medios y al recorte de prestaciones de las que hasta ahora han disfrutado sin encontrar espacios para ser escuchados ante tal situación, lo que evidentemente añade un dato negativo más a la situación denunciada. Por todo esto y de forma muy especial, es primordial que se ejecuten acciones de carácter diferencial que atiendan las necesidades de las mujeres, porque el sida les afecta de forma específica y es necesario que seamos conscientes de que su vulnerabilidad hacia esta enfermedad es muy superior, fundamentalmente como consecuencia de la falta de control que históricamente han tenido sobre las decisiones que afectan a su cuerpo.

Entre nosotros, el sida ha sido como la bicha, como algo de lo que debemos huir en cuanto conocemos el caso de alguien que lo padece. Sin duda, es el desconocimiento que tenemos en general de esta enfermedad quien patrocina el terror con el que tratamos a los enfermos que la sufren. Sin embargo, no es así. Bien que al principio, cuando todo eran dudas e incluso la información no era la adecuada, el miedo al contagio fuera algo colectivo y, por tanto, el rechazo generalizado, pero hoy no porque a nuestra disposición existe una amplísima bibliografía que nos pone al día sobre la enfermedad y sus consecuencias, y tiene respuestas para todos los cómo y por qué que nos surjan. Actualmente, gracias a la medicación que tienen a su alcance, al menos en los países desarrollados, no todos los enfermos mueren ni todos arrastran una existencia de escasa calidad.

Entre nosotros, más cerca de cualquiera de ustedes de lo que se imaginan, encontramos personas que, de forma altruista y generosa, llevan años entregadas al cuidado y control de quienes padecen esta terrible enfermedad. Y lo hacen en sus propios domicilios o en el centro social con el que cuentan, y les podemos asegurar que no faltan ni un día a la cita que tienen con los que la padecen en los centros de reclusión. Por eso nuestro llamamiento hoy tiene mucho que ver con su tarea, desconocida e incluso menospreciada, pero fundamental para los que han sido tocados por esta enfermedad.