Como les dijimos el pasado jueves, el viernes quedaba inaugurada la estación de inspección técnica de vehículos de nuestra ciudad. Hasta las instalaciones, ubicadas en el polígono Ave María, nos desplazamos los invitados para asistir al acto como tal, que estuvo presidido por el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, y que contó con el apoyo de las personas que de una forma u otra tienen que vérselas con el día a día de esta central de control de vehículos. Este es el fin último de las ITV’s, o sea, conocer el estado de los vehículos que tienen obligación de acudir a ellas, con el fin de obligarles cuando les corresponda, de acuerdo con los años de uso, a tener a punto la totalidad, desde el equipo óptico a los gases que emite, pasando por frenos, limpiaparabrisas, cinturones, bocina, etc. Es posible que a partir de ahora, por aquello de que disponemos de una próxima, los propietarios que hasta ahora habían evitado estos controles alegando razones de tiempo y distancia, opten por cumplir con la obligación que adquieren todos los propietarios de vehículos, de someterlos a los controles que se desarrollan en estos centros de acuerdo con el calendario o cadencia que se ha previsto por parte de la autoridad competente.
De acuerdo con los datos oficiales conocidos, más de un treinta por ciento de los vehículos que circulan por nuestro país no han acudido nunca a una ITV, y, teniendo en cuenta que una vez reparadas las deficiencias que se han detectado, los devuelve a la circulación en condiciones óptimas, creemos sinceramente que todos salimos perdiendo con esta actitud negativa, puesto que un vehículo que no haya superado estos controles lo más probable es que acabe en poco tiempo siendo responsable de un accidente de consecuencias imprevisibles. Si, por otra parte, sabemos que ha aumentado el número de los que no cuentan con el seguro obligatorio, que es lo mínimo que se les exige a sus propietarios, lo de salir con nuestro coche a la ciudad o la carretera se está poniendo realmente complicado. De los informes que conocemos, que son el resultado de los diferentes controles y análisis que llevan a cabo los organismos responsables del tráfico, es en la ciudad, especialmente en los núcleos urbanos de escasa densidad demográfica, en donde más se detectan vehículos sin seguro y sin control técnico. Las razones parecen elementales si tenemos en cuenta que es norma entre las policías locales no efectuar este tipo de controles, a no ser que el deterioro del vehículo sea manifiesto. Y como este detalle es conocido por quienes entre sus prioridades no están precisamente las de cumplir con las obligaciones que contraen cuando adquieren un vehículo, se aprovechan de esta dejadez.
Afortunadamente para los que sí se aplican las normas y mantienen firme el propósito de no descuidar las visitas a estos centros, la inauguración del pasado viernes supone un alivio de gran importancia si tenemos en cuenta que, incluso con la cita previa, la pérdida de la mañana o la tarde estaba asegurada, y no siempre es algo que puede decidirse sin alterar el calendario de trabajo. Fácilmente accesible, aunque quizás necesite de más información para su localización una vez nos encontremos en el polígono, la nueva ITV cuenta con gran amplitud para el desenvolvimiento en general de clientes y trabajadores, además de para el acceso de vehículos y la espera de ingreso en cualquiera de sus trenes o canales de control. Evidentemente, la actuación de la Junta de Andalucía ha sido decisiva para que hoy podamos presumir de tener una instalación de esta importancia, de la que esperamos, como tuvimos oportunidad de decirles la semana pasada, que genere puestos de trabajo directos e indirectos, que es lo que ha conseguido en las ciudades que disponen de ellas.
Con respecto a los que vimos y lo que observamos el día de la inauguración, les aseguramos que es mejor no decirles nada. No obstante, y por si les sirve como dato, asistimos a momentos en los que, por el alto nivel de ridículo que alcanzaron algunos de los actores implicados, deseamos no estar presentes. Cuando les adelantábamos que los que no sólo no habían hecho nada para la consecución de la ITV, sino todo lo contrario, es decir, que durante dos años la estuvieron frenando a toda costa, aparecieron sin pudor y quisieron hacerse cargo de todo el protagonismo. Se lo podemos asegurar, señoras y señores: más que grotesto, bochornoso.
De acuerdo con los datos oficiales conocidos, más de un treinta por ciento de los vehículos que circulan por nuestro país no han acudido nunca a una ITV, y, teniendo en cuenta que una vez reparadas las deficiencias que se han detectado, los devuelve a la circulación en condiciones óptimas, creemos sinceramente que todos salimos perdiendo con esta actitud negativa, puesto que un vehículo que no haya superado estos controles lo más probable es que acabe en poco tiempo siendo responsable de un accidente de consecuencias imprevisibles. Si, por otra parte, sabemos que ha aumentado el número de los que no cuentan con el seguro obligatorio, que es lo mínimo que se les exige a sus propietarios, lo de salir con nuestro coche a la ciudad o la carretera se está poniendo realmente complicado. De los informes que conocemos, que son el resultado de los diferentes controles y análisis que llevan a cabo los organismos responsables del tráfico, es en la ciudad, especialmente en los núcleos urbanos de escasa densidad demográfica, en donde más se detectan vehículos sin seguro y sin control técnico. Las razones parecen elementales si tenemos en cuenta que es norma entre las policías locales no efectuar este tipo de controles, a no ser que el deterioro del vehículo sea manifiesto. Y como este detalle es conocido por quienes entre sus prioridades no están precisamente las de cumplir con las obligaciones que contraen cuando adquieren un vehículo, se aprovechan de esta dejadez.
Afortunadamente para los que sí se aplican las normas y mantienen firme el propósito de no descuidar las visitas a estos centros, la inauguración del pasado viernes supone un alivio de gran importancia si tenemos en cuenta que, incluso con la cita previa, la pérdida de la mañana o la tarde estaba asegurada, y no siempre es algo que puede decidirse sin alterar el calendario de trabajo. Fácilmente accesible, aunque quizás necesite de más información para su localización una vez nos encontremos en el polígono, la nueva ITV cuenta con gran amplitud para el desenvolvimiento en general de clientes y trabajadores, además de para el acceso de vehículos y la espera de ingreso en cualquiera de sus trenes o canales de control. Evidentemente, la actuación de la Junta de Andalucía ha sido decisiva para que hoy podamos presumir de tener una instalación de esta importancia, de la que esperamos, como tuvimos oportunidad de decirles la semana pasada, que genere puestos de trabajo directos e indirectos, que es lo que ha conseguido en las ciudades que disponen de ellas.
Con respecto a los que vimos y lo que observamos el día de la inauguración, les aseguramos que es mejor no decirles nada. No obstante, y por si les sirve como dato, asistimos a momentos en los que, por el alto nivel de ridículo que alcanzaron algunos de los actores implicados, deseamos no estar presentes. Cuando les adelantábamos que los que no sólo no habían hecho nada para la consecución de la ITV, sino todo lo contrario, es decir, que durante dos años la estuvieron frenando a toda costa, aparecieron sin pudor y quisieron hacerse cargo de todo el protagonismo. Se lo podemos asegurar, señoras y señores: más que grotesto, bochornoso.