
Entre los constructores y promotores de nuestra ciudad detectamos una extendida preocupación por el destino que finalmente el equipo de gobierno municipal dará a los más de ocho millones de euros que espera recibir del Estado y de la Junta de Andalucía, que deben ser obligatoriamente destinados a proyectos a realizar para la mejora de la ciudad y que tienen como objetivo concreto el que las obras sean desarrolladas por empresas locales y que éstas a su vez empleen a personal de la localidad. Se trata de un programa social que permitirá generar empleo en un momento tan critico como el que padecemos y que estamos seguros saneará la economía de muchas empresas y familias. Las dudas que en estos momentos acucian al empresariado de nuestra ciudad es que conocen lo que otros municipios han planteado en sus ciudades y que en la nuestra, al menos por el momento, no aprecian intención de compartir esta buena nueva con ellos. Verdad es que nuestra primera autoridad ha dicho todo lo contrario, pero sabemos que no ha sido así y que entre estos profesionales, agobiados que están por la situación laboral que padecen, existe una verdadera y justificada preocupación. Y cuando desde la Alcaldía-Presidencia se quejen de que los empresarios locales no acudan a los concursos de obras que licita el Ayuntamiento, también está justificado, puesto que conocen cómo se las gasta a la hora de pagar facturasy no quieren que su deuda se incremente. Por esto la llegada de dinero procedente del Estado y de la Junta, especialmente destinado a obras locales, ha activado entre ellos la oportunidad de encontrar tarea que desarrollar con la seguridad de que les abonarán las facturas.
Algunos gobiernos municipales de ciudades próximas a nosotros han convocado a la totalidad de los constructores locales y les han planteado dónde tienen previsto invertir el dinero que recibirán y cómo entienden ellos que debe repartirse, si compartiendo las actuaciones entre todos o repartiéndose por áreas o zonas las responsabilidades a acometer. El objetivo es que, como generadores directos de empleo que son, sean ellos los que planteen cómo desarrollar las obras programadas ajustándose, eso sí, a las exigencias municipales, ya que en ningún caso se trata de que sean ellos quienes administren el dinero recibido y sí de que convengan la participación de todos de manera equitativa y solidaria. Entre nosotros, como ya hemos dicho, queda mucho camino por recorrer, ya que nuestros gobernantes aún no han convocado a nadie, al menos no a la asociación que los aglutina. Y como se trata de mucho dinero público y de la ejecución de obras de gran importancia y trascendencia para la ciudad, el que se preocupen por el destino que finalmente se le dará parece justificado.
Por otra parte, aunque del discurso de nuestra primera autoridad se desprenda que ha existido consenso entre los partidos políticos a la hora de elegir las actuaciones a desarrollar, es evidente que su intención no es precisamente la de compartir con nadie la buena nueva que supone la llegada de dinero público y en cantidad tan importante. Si tenemos en cuenta que hasta ahora nos ha vendido sólo humo y que lo poco que ha inaugurado viene de los anteriores gobiernos municipales, quien crea que no sacará provecho de las actuaciones previstas en la ciudad, algunas de las cuales supondrán renovaciones urbanísticas muy importantes, se equivoca. Ahora sería un buen momento para tirar de expediente e informar a la ciudadanía del dinero que ha llegado y que llegará hasta nuestro Ayuntamiento procedente del Estado y de la Junta, para demostrar que cuando aseguran que la Junta de Andalucía y el Estado tienen a nuestra ciudad contra las cuerdas porque no le da un euro, mienten descarada e injustamente.
Para el equipo de gobierno esta lluvia de dinero le servirá, sobre todo, para afianzarse en el poder. Para el resto de partidos quedará poco o nada que llevarse a su expediente. Así son las cosas de la política y hay que aceptarlas.
Algunos gobiernos municipales de ciudades próximas a nosotros han convocado a la totalidad de los constructores locales y les han planteado dónde tienen previsto invertir el dinero que recibirán y cómo entienden ellos que debe repartirse, si compartiendo las actuaciones entre todos o repartiéndose por áreas o zonas las responsabilidades a acometer. El objetivo es que, como generadores directos de empleo que son, sean ellos los que planteen cómo desarrollar las obras programadas ajustándose, eso sí, a las exigencias municipales, ya que en ningún caso se trata de que sean ellos quienes administren el dinero recibido y sí de que convengan la participación de todos de manera equitativa y solidaria. Entre nosotros, como ya hemos dicho, queda mucho camino por recorrer, ya que nuestros gobernantes aún no han convocado a nadie, al menos no a la asociación que los aglutina. Y como se trata de mucho dinero público y de la ejecución de obras de gran importancia y trascendencia para la ciudad, el que se preocupen por el destino que finalmente se le dará parece justificado.
Por otra parte, aunque del discurso de nuestra primera autoridad se desprenda que ha existido consenso entre los partidos políticos a la hora de elegir las actuaciones a desarrollar, es evidente que su intención no es precisamente la de compartir con nadie la buena nueva que supone la llegada de dinero público y en cantidad tan importante. Si tenemos en cuenta que hasta ahora nos ha vendido sólo humo y que lo poco que ha inaugurado viene de los anteriores gobiernos municipales, quien crea que no sacará provecho de las actuaciones previstas en la ciudad, algunas de las cuales supondrán renovaciones urbanísticas muy importantes, se equivoca. Ahora sería un buen momento para tirar de expediente e informar a la ciudadanía del dinero que ha llegado y que llegará hasta nuestro Ayuntamiento procedente del Estado y de la Junta, para demostrar que cuando aseguran que la Junta de Andalucía y el Estado tienen a nuestra ciudad contra las cuerdas porque no le da un euro, mienten descarada e injustamente.
Para el equipo de gobierno esta lluvia de dinero le servirá, sobre todo, para afianzarse en el poder. Para el resto de partidos quedará poco o nada que llevarse a su expediente. Así son las cosas de la política y hay que aceptarlas.