miércoles, 21 de enero de 2009

MÁS APARCAMIENTOS NO, POR FAVOR



Como todos ustedes saben, la construcción de aparcamientos ha sido utilizada como la culminación del compromiso político de nuestro Ayuntamiento con los ciudadanos. Y lo ha sido desde casi el primer año de mandato del actual equipo de gobierno, que no tardó en responder a la demanda ciudadana anunciando a bombo y platillo que se iniciaría casi inmediatamente la construcción de uno en la plaza de España. Luego, como cabía esperar de un anuncio hecho sin intención de continuidad y que sólo buscaba el lucimiento personal de nuestra primera autoridad, que por entonces comenzaba la venta de humo que ha mantenido hasta ahora, entre que el informe de la Junta de Andalucía aconsejaba no realizar esta obra y que en realidad sólo se trataba de un brindis al sol, quedó en nada, no sin antes dejar claro que el Ayuntamiento tenía intención de llevar a cabo el proyecto, pero que instancias superiores no se lo habían permitido.

Al poco tiempo nos llega la buena nueva de que en la calle Juan Robledo estaba previsto crear un aparcamiento en vertical, es decir, por pisos. Para ello, nuestro alcalde, asumiendo todo el protagonismo y haciendo suya una obra que harían otros, nos dijo que en unos meses sería realidad un aparcamiento en el centro de la ciudad que serviría para dar respuesta a las legítimas demandas de los comerciantes. Luego, ya ven ustedes, lo que con tanto interés se usó de cara al público como una realización más de un equipo de gobierno decidido a poner orden en la ciudad, todo sigue como estaba, aunque desde hace tiempo parece que de lo que se trataba en realidad era más de una operación urbanística que de la construcción de un aparcamiento. Al poco tiempo, la solución a la escasez de aparcamiento en el centro de la ciudad se buscó y se encontró en los jardines de Colón, un espacio emblemático de la ciudad que, entre otras deshonrosas funciones, permite retirar de las calles a unos cuantos vehículos.

Hace meses, y con repetición de hace sólo unas semanas, vuelve nuestra primera autoridad a asumir el papel de salvador de los automovilistas anunciando que en la corredera de Capuchinos se construiría un gran garaje bajo tierra que permitiría el aparcamiento de unos cientos de vehículos. Como es habitual, al evento no le faltó de nada, ya que se usaron todos los medios que necesita una noticia de este tipo. Se aportaron opiniones técnicas y vecinales, y el discurso que firmó el señor alcalde dejó claro que su intención era realizar esta obra y que a ello dedicaría sus esfuerzos. Naturalmente, la letra pequeña que suele acompañar a estos proyectos deja al descubierto que tienen que coincidir infinidad de opiniones y esfuerzos para que se pueda hacer. Así, desde que había que buscar una empresa que durante cuarenta o cincuenta años tuviera la exclusividad de la explotación con el objetivo de recuperar la inversión que estaba obligada a efectuar, hasta que el consentimiento vecinal era imprescindible, lo que en un principio parecía que estaba cerca, ahora parece que no tanto, ya que sabemos que han sido presentadas firmas en número suficiente como para parar el proyecto y que han llegado al Ayuntamiento procedentes de los residentes en esta calle, que no acaban de creerse que la obra, que necesita abrir la calle en una profundidad de cuatro o cinco metros, no repercuta negativamente sobre la estabilidad de sus edificios. Y suponemos que habrán buscado asesoramiento técnico para llegar a esta conclusión, porque de ninguna de las dos presentaciones que se han hecho de esta obra municipal se ha hablado de que pudieran existir problemas de este tipo.

Conclusión: que hemos visto pasar por nuestras puertas tres grandes aparcamientos y que la realidad es que no tenemos ninguno. Visto lo visto, bueno sería que el equipo que asesora a nuestra primera autoridad cambiara de registro y buscara en otros órdenes municipales la forma de obtener rentabilidad política, dejando a un lado el tema que tanto parece gustarles si no quieren que su historial político se resienta. Eso sí, la necesidad de aparcamientos para surtir al centro de la ciudad de potenciales compradores sigue vigente, pero deberían adentrarse en lo que para este equipo de gobierno siempre ha sido un berenjenal, o sea, en la consecución de aparcamientos, sin hacer ruido, sin llamar la atención, al menos hasta que estén terminados. De esta forma tan sencilla evitarían ridículos nada aconsejables.