
Como una obligación a la que se debe atender cuando toca, Medio Ambiente vuelve a ser actualidad con el mismo motivo de siempre por estas fechas, es decir, intentar educar a la ciudadanía en su obligada relación con el medio ambiente, como si la proximidad de la primavera o de la romería exigiera de nosotros una especial preparación. Para ello, o como parte de esta estrategia, ha editado esta delegación municipal un folleto en el que nos muestra cuáles son sus intenciones y cuáles deben ser las nuestras, pero se olvida, creemos, de algo tan fundamental como es la falta de equipamiento o mobiliario urbano para que algunas de las exigencias que estamos obligados a realizar puedan ser cumplimentadas debidamente. Por ejemplo, si se nos invita a que separemos nuestra basura, para lo que se eligieron hace años unos colores y que cada uno de ellos tiene una misión concreta, lo menos que debe hacerse es equipar previamente las zonas de la ciudad que no cuentan con contenedores de papel, o de plásticos o de cristal. No sabemos si ha sido un despiste de la concejala de la cosa medioambiental o que de lo que se trataba en realidad en el encuentro con la prensa era quedar bien, porque lo evidente es que ha servido de bien poco.
Por otra parte, complicado resulta cuando paseamos la ciudad para cualquiera de nosotros, y no menos para los que desarrollan su tarea en esta delegación municipal, es decir, que saben de esta carencia, desprendernos de lo que en ese momento nos sobra, porque lo de las papeleras es algo que en Andújar debe ser que no se lleva y de ahí que sólo queden, suponemos, las que sirven a los paseantes para recordar cómo eran estos artilugios y qué finalidad tenían. Por eso nos extraña que no se haya tenido en cuenta en el discurso un detalle de tanta importancia y que tanto mal ha hecho hasta ahora a la ciudad y sus moradores, entre otras cosas y por ejemplo, porque la ausencia de papeleras en la práctica totalidad de la ciudad ha sido determinante en el comportamiento que la mayoría suele mostrar en público, es decir, que lo tiramos todo al suelo. Claro, no puede recriminarse que se evite este gesto cuando no tiene oportunidad de contar con un recipiente especialmente preparado para ello, y menos que lo guarde hasta que llegue a casa.
No se trata de responsabilizar o culpar a alguien por sistema, pero sí de dejar claro que los responsables de esta área municipal tienen mucho que ver con el generalizado mal o aberrante comportamiento que ofrecemos algunos ciudadanos con respecto al maltrato que le proporcionamos a la ciudad, que la hemos convertido entre todos, y sálvese el que pueda, en un vertedero. Lo vemos entre la gente menor y mayor, y escasos son los que se inhiben y cuidan el detalle de no tirar al suelo lo que en ese instante les sobra. Lo quieran o no en estas dependencias municipales, la responsabilidad que han adquirido permitiendo la desaparición de las papeleras y de contenedores para basura específica, ha contribuido claramente a la actitud descompensada que encontramos entre la ciudadanía.
Legítimo es reclamar coherencia y pedir la colaboración de todos para conseguir el objetivo que se nos propone, que no es otro que el de vivir en una ciudad más limpia y ordenada; y también lo es exigir que la ciudad previamente se equipe para que los ciudadanos podamos ejercer el comportamiento al que se nos invita. Sepan que la ciudad que observan los que nos visitan, generalmente sucia, no sólo la construimos nosotros; los responsables municipales tienen tanta o más responsabilidad. Es lo mismo que con el tema de las defecaciones de los perros, algo generalizado y extendido, y para lo que, a bombo y platillo, como casi siempre que se creen originales, nos mostraron su quehacer y dedicación a este tema informándonos de que se habían repartido estratégicamente por la ciudad unos receptores especialmente preparados para depositar en ellos los excrementos de los animales. En total, diez. Comprenderán ustedes que a estas alturas, sólo los vecinos que las tengan cerca saben dónde encontrarlas, porque como esperen en Medio Ambiente a que el propietario del animal recoja la deposición de éste y recorra media ciudad en busca del lugar específico que desde el Ayuntamiento se ha preparado para ello, desde luego que no nos conocen. Por lo tanto, está bien eso de presentar folletos de colorines que nos muestren cómo debemos comportarnos con lo que es de todos, pero creemos de verdad que antes debía equiparse a la ciudad como se debe y merece.