jueves, 19 de marzo de 2009

INTERNET ES HOY INSUSTITUIBLE, PERO TAMBIÉN PELIGROSO



Internet, que ha sido el mejor invento de los últimos años, según las valoraciones de expertos de todo el mundo y las propias opiniones de sus usuarios, no acaba de limitar del todo sus posibilidades reales. Es tal la información que acumula y la que puede conseguir para ofrecer a los internautas, que por el momento, como hemos dicho, supera a quienes lo retan. Está claro que se trata de una herramienta cómoda y relativamente barata que permite a quienes la utilizan asomarse al mundo desde su propia casa y comprar y vender casi con completa seguridad. Por supuesto, tiene sus limitaciones y sus peligros, y precisamente de esto queremos hablarles hoy, porque la voz de alarma ha saltado a los medios de comunicación y es nuestra obligación compartir con ustedes las inevitables consecuencias que se derivan de un mal uso de algo tan aparentemente inofensivo.

Para empezar, nada mejor que echar mano del ejemplo de los miles de proxenetas que, según la policía de todo el mundo, deambulan por la red en busca de carnaza que llevarse a sus ficheros. Buscan y rebuscan, se disfrazan de corderitos y, una vez consiguen a sus presas, siempre niños y niñas menores de edad, las someten a todo tipo de vejaciones, unas veces por miedo, otras consentidas y otras, las más, sin que sean conscientes de lo que protagonizan. Las noticias alrededor de estos descerebrados nos escandalizan y nos preocupan por lo fácil que les resulta acceder a contactos con menores y, a partir de ahí, mantener todo tipo de relaciones a través de las cámaras que permiten verse entre ellos. Hemos visto cómo algunos acumulaban miles de vídeos y de ficheros de contenido pornográfico en los que los menores eran los circunstanciales actores y que luego vendían o intercambiaban con sus compañeros de fechorías repartidos por todo el mundo. Y si lo de los proxenetas es preocupante, también lo es que muchos menores puedan acceder sin ningún tipo de cortapisas a las páginas que les apetezcan, entre las que destacan las de sexo duro, las de juegos y apuestas, etc.

Naturalmente, el papel de los padres o los tutores adquiere aquí una trascendencia fundamental para la formación de los menores, y es precisamente por esto que deberían preocuparse de qué hacen o a qué juegan sus hijos cuando, encerrados en sus habitaciones, hacen uso de este invento sin ningún control. Para empezar, nada más seguro y al mismo tiempo cómodo que usar de las herramientas que los ordenadores nos ofrecen y cerrar determinados accesos a quienes, como es el caso de los niños y niñas, no están capacitados para interpretar lo que ven; segundo, plantearse seriamente la necesidad de proporcionar a éstos un ordenador y, además, darse de alta en Internet, porque a partir de ese momento lo más probable es que ellas y ellos, conociendo de antemano el nombre de los diferentes portales y cómo acceder a los “chats”, que es algo muy normal entre los compañeros de colegio o instituto, dediquen un tiempo excesivo a este menester que deberán restar de sus verdaderas obligaciones, es decir, de sus estudios.

Por otra parte, conocedores de redes profesionales que buscan a jóvenes con fines de todo tipo, y ninguno bueno para ellas, y que precisamente donde en mayor número y en mejores condiciones las encuentran es en Internet, no creemos que sea exagerado plantearnos con seriedad la importancia de esta herramienta informática en la formación de los menores. El tirón de la red de redes supera cualquier valoración que nosotros podamos hacer y desde luego quienes no tengan en cuenta los peligros reales que encierra, seguro que tendrán problemas en casa a corto plazo. Ni de lejos tratamos de limitar a nadie su libertad, y menos en un asunto como este, pero sí de recordarles que Internet es algo que se nos ha escapado de las manos. Hoy se puede encontrar desde un asesino a sueldo a un conductor de camiones que busca empleo, y si de sexo duro se trata, son miles y miles las ofertas que podemos encontrar con sólo poder un enunciado. Por lo tanto, y como ya hemos dicho, mientras no se controle a este tipo de navegantes, creemos que lo mejor es hacer uso de las herramientas que los ordenadores nos ofrecen y limitar a los menores parte de las infinitas posibilidades que tienen para navegar por un mundo de apariencias.