Imprimir
Este pasado fin de semana, el Partido Socialista de Andújar ha presentado a sus candidatas y candidatos para las elecciones del cada vez más próximo 22 de mayo. Si exceptuamos a los cuatro cabezas de lista de Izquierda Unida, que ya lo fueron hace unas semanas, los socialistas han sido los primeros en dar a conocer las caras y los nombres de quienes ostentarán, a partir de la celebración de las elecciones, la oposición o el poder. Destacar que estos dos partidos tienen por costumbre elegir a sus candidatos contando con la participación activa de sus militantes, es decir, que ninguno de ellos ha sido impuesto por un superior y el resto a guardar silencio y acatar sus mandamientos. El Partido Popular, de forma más o menos oficiosa, pero en todo caso con poco brillo, ya adelantó que su candidato sería el actual alcalde y presidente local, y se entiende si tenemos en cuenta que las pasadas elecciones ganaron por mayoría simple al resto de competidores. Esta agrupación, al contrario, elige a los suyos a dedo, dependiendo, suponemos, del valor que se les dé desde la Alcaldía-Presidencia y, sobre todo, del grado de aceptación que muestre sobre quién de verdad es el que manda, y punto. El Partido Andalucista, por su parte, también nos adelantó que mantendría a su actual portavoz, anunciando continuismo en la labor municipal que ha desarrollado hasta ahora. En este caso, como la asamblea es escasa, suponemos que no se habrán visto obligados a convocar reunión extraordinaria de la que extraer al mejor. Por lo tanto, y a falta de las listas definitivas de los partidos que no las han dado a conocer, parece que la suerte está echada.
Ahora vienen los tiempos en los que algunos de estos futuros representantes políticos en el salón de Plenos del Ayuntamiento nos darán a conocer sus planteamientos y realizaciones. Otros irán más lejos y, a falta de intenciones reales que consolidar, dedicarán la mayor parte de su tiempo y su oratoria a menospreciar a quienes no estén vinculados a su partido. Por supuesto, los iremos conociendo especialmente por la fuerza de su discurso y su contenido, confirmando que sus verdaderas intenciones no son precisamente las de echar una mano a quienes tanto lo necesitan y sí las de ocupar cargos con poder para decidir, aunque luego este detalle quede en una utópica realidad, ya que el que manda no suele dejar cabo suelto que le pueda quitar imagen y sonido, que para eso nos gastamos una millonada al año, para que a su alrededor no falte el papel, el bolígrafo y cámaras de fotos y vídeo.
Del futuro de Andújar quizá no nos cuenten nada nuevo, porque de lo de siempre desde luego que no nos faltarán quimeras. De hecho, algunos de los concurrentes a las elecciones ni siquiera tendrán que plantearse la confección de un nuevo programa electoral, ya que con sólo cambiar la fecha y otros detalles de escasa importancia, les sirve el de hace ocho años. Si acaso, los que de verdad quieren cambiar el rumbo de las cosas y tienen posibilidades, que esa es otra, proporcionarán a la ciudadanía metas tangibles por realizables y le harán llegar la ilusión de que aún tiene posibilidades, que por muy mal que observemos el panorama nacional, autonómico y local, ellas y ellos son capaces de darle a la ciudad la imagen interior y exterior que tanto necesita. Entre otras urgencias ineludibles, pagando a los que tanto se les adeuda, contratando con transparencia, realizando con control, aumentando las posibilidades industriales de una ciudad a la que precisamente le sobra terreno para que hasta aquí acudan empresarios dispuestos a confiar en sus posibilidades…
Así pues, a la espera de que el resto de partidos en liza den a conocer a sus mujeres y hombres, que para algunos es un problema que superarán a última hora y no con facilidad, y que nos inviten a saber qué nos ofrecen, porque lo que quieren de nosotros lo sabemos de antemano, todo en este apartado parece decidido. El trabajo de campo que les queda, además de ser un gran reto personal y de partido, debemos recordar que de su resultado dependerá el futuro de la ciudad.
Ahora vienen los tiempos en los que algunos de estos futuros representantes políticos en el salón de Plenos del Ayuntamiento nos darán a conocer sus planteamientos y realizaciones. Otros irán más lejos y, a falta de intenciones reales que consolidar, dedicarán la mayor parte de su tiempo y su oratoria a menospreciar a quienes no estén vinculados a su partido. Por supuesto, los iremos conociendo especialmente por la fuerza de su discurso y su contenido, confirmando que sus verdaderas intenciones no son precisamente las de echar una mano a quienes tanto lo necesitan y sí las de ocupar cargos con poder para decidir, aunque luego este detalle quede en una utópica realidad, ya que el que manda no suele dejar cabo suelto que le pueda quitar imagen y sonido, que para eso nos gastamos una millonada al año, para que a su alrededor no falte el papel, el bolígrafo y cámaras de fotos y vídeo.
Del futuro de Andújar quizá no nos cuenten nada nuevo, porque de lo de siempre desde luego que no nos faltarán quimeras. De hecho, algunos de los concurrentes a las elecciones ni siquiera tendrán que plantearse la confección de un nuevo programa electoral, ya que con sólo cambiar la fecha y otros detalles de escasa importancia, les sirve el de hace ocho años. Si acaso, los que de verdad quieren cambiar el rumbo de las cosas y tienen posibilidades, que esa es otra, proporcionarán a la ciudadanía metas tangibles por realizables y le harán llegar la ilusión de que aún tiene posibilidades, que por muy mal que observemos el panorama nacional, autonómico y local, ellas y ellos son capaces de darle a la ciudad la imagen interior y exterior que tanto necesita. Entre otras urgencias ineludibles, pagando a los que tanto se les adeuda, contratando con transparencia, realizando con control, aumentando las posibilidades industriales de una ciudad a la que precisamente le sobra terreno para que hasta aquí acudan empresarios dispuestos a confiar en sus posibilidades…
Así pues, a la espera de que el resto de partidos en liza den a conocer a sus mujeres y hombres, que para algunos es un problema que superarán a última hora y no con facilidad, y que nos inviten a saber qué nos ofrecen, porque lo que quieren de nosotros lo sabemos de antemano, todo en este apartado parece decidido. El trabajo de campo que les queda, además de ser un gran reto personal y de partido, debemos recordar que de su resultado dependerá el futuro de la ciudad.