Ahora que parece que la oposición se ha decidido a denunciar lo que había callado por años, asegura que por el interés general y no crear desconfianza entre la población, es cuando en las ruedas de prensa a las que somos invitados escuchamos denuncias de todo tipo, y muy especialmente los excesos de un equipo de gobierno desorientado, escasamente profesional y presto siempre a la frivolidad más peregrina. De lo importante, de lo que le interesa a la ciudadanía, muy poco. Pero eso es algo que no necesita de voceros por ser suficientemente conocido en la calle, aunque tenemos que agradecer a los dos partidos políticos que por el momento han decidido hablar sobre las cuentas municipales, Izquierda Unida y Partido Socialista, su puesta al día sobre el dictamen de la Cámara de Cuentas de Andalucía con respecto a la liquidación de 2008. En nuestro caso, sin ningún tipo de petulancia, lo que ha venido a resultar el documento es a corroborar lo que venimos diciendo desde hace años: que la política económica del gobierno municipal no existe, que se perciben idas y venidas de dinero público que no están del todo claras, que se han firmado demasiados préstamos que luego no se invierten en donde se debe… Resumiendo, un caos del que poco a poco vamos conociendo detalles y del que nos queda por conocer lo peor, convencidos como estamos de que, como en la liquidación del 2008, se han cometido peligrosas irregularidades contables que no han sido justificadas.
Y ha sido precisamente en una rueda de prensa donde hemos preguntado las razones que esgrimen los partidos políticos presentes en la mesa de contratación para admitir sin más que las obras dependientes del Ayuntamiento sean realizadas por empresas de otras ciudades. Y es que ustedes deben saber que la casi totalidad de las actuaciones municipales que se llevan a cabo estos días, como es el caso del arreglo del polígono Miranda, la plaza de abastos y el carril-bici recién terminado, por ponerles unos ejemplos, y que suponen una inversión que supera con creces el millón de euros, han sido adjudicadas a empresas foráneas que, también casi todas, se traen a sus empleados de confianza para la realización de las mismas. A nosotros nos parece una decisión demencial, inconsecuente y desde luego firmada por personas que tienen a Andújar como fuente de sus ingresos, pero que en realidad no la quieren ni ver. De otra forma no se entiende que soportando más de cinco mil parados, con más de dos mil de ellos en situación crítica, no se haya tenido en cuenta este detalle y se hubiera decidido adjudicar a un empresario local que echaran mano de los nuestros. Y no se trata de ser insolidarios ni de aceptar que todos tenemos los mismos derechos, sino de poner en práctica las mismas medidas que se hacen en otras ciudades. En realidad, no debíamos extrañarnos, ya que, cuando tuvimos la oportunidad de conocer cuáles eran las razones que se esgrimían desde el Ayuntamiento para no acometer las obras de los colectores, supimos que estaban detenidas porque en el INEM no se encontraban especialistas. Luego se nos informó que al menos estaban dados de alta en estas listas setecientos cincuenta profesionales de la albañilería.
Algunos de éstos se enfrentaron hace unos días con los compañeros llegados de fuera para desarrollar las obras de la plaza de abastos, aunque afortunadamente todo quedó en un tenso cambio de impresiones. Alguien les dijo que los culpables de semejante disparate no eran precisamente ellos y sí quienes habían decidido adjudicar la obra a una empresa de fuera que finalmente la subcontrató con otra también de fuera. Las razones de que todo haya quedado en papel mojado por parte de estos parados no las conocemos, pero muestran un cansancio por lo que ocurre en nuestra ciudad que estamos convencidos pasará factura en poco tiempo. Otro ejemplo de gran importancia lo tuvimos cuando nuestra primera autoridad, arrogándose un papel que no le correspondía y sin que aún haya aclarado las razones de esta decisión, optó por adjudicar las obras de Innovandújar a una empresa que nada tiene que ver con Andújar. Y lo hizo sin consultar ni siquiera con quienes en realidad son los propietarios de esos terrenos y, además, rechazando la unión de empresas que habían constituido expresamente para la ocasión algunos constructores de nuestra ciudad. Y luego los escuchamos decir que Andújar es lo primero… y se quedan tan panchos.