Mayo nunca ha sido un mes que haya discurrido indiferente para casi nadie. Al contrario, por la cantidad de convocatorias que nos hace, es una referencia casi explosiva para quienes gustan de vivir de cerca los acontecimientos que se desarrollan durante todos sus días. Por ejemplo, y entre nosotros, la festividad de la Divina Pastora, lo que supone estar invitados de hecho al pregón que magnifica su festividad y acudir a vivir la feria que se celebra en el barrio de su nombre. Por otra parte, el patrón de la ciudad y la diócesis, san Eufrasio, hace lo propio y nos invita a la parroquia y al barrio a disfrutar de lo que la hermandad ha preparado para la ciudad entera, sin distinción de edades. Al mismo tiempo, san Isidro nos llama desde los poblados, es decir, desde Vegas de Triana, El Sotillo y La Ropera, e incluimos también a La Quintería, que para eso nos queda cerca. Por supuesto, y quizá lo más preocupante, por el mal estado general en el que se encuentra la economía, es que es el mes de las comuniones. Esto quiere decir que raro será el fin de semana que no estemos invitados a asistir a alguna de ellas, porque serán muchas las familias que tienen algún miembro que comulgará por primera vez y esto es algo que sigue convocando a cientos de personas. Es verdad que desde hace años este encuentro se ha convertido para muchos en un acto social que no tiene nada que ver con lo intrínseco de ese día, pero así están las cosas y no seremos nosotros los que entremos en este momento a plantearlo como un problema que demande una urgente solución.
Por otra parte, mayo, a lo largo de sus treinta y un días, nos invita a conmemorar y celebrar jornadas tan concretas como la de ayer, que estaba dedicada a la libertad de prensa, derecho ciudadano que es atacado desde frentes en los que viven o pernoctan circunstancialmente tiranos y dictadores que militan en partidos políticos que proclaman a voces ser demócratas de toda la vida, pero que en realidad les gustaría quitarse de en medio a los medios de comunicación que no los ensalzan y glorifican. Eso sí, los que lo hacen, y no son pocos, cobran por ello. Siguiendo con las convocatorias a las que seremos citados durante mayo, el día 12 lo será de la fibromialgia y del síndrome de la fatiga crónica; el 14, el día mundial de la hipertensión; el 15, el internacional de las familias; la homofobia tiene su cita el 17, y también esta misma jornada se celebra el día mundial de las telecomunicaciones y la sociedad de la información. Siguiendo el calendario, vemos que la hepatitis también cuenta con su día de conmemoración, y lo es el 19. El 22, de la diversidad biológica, el 24 de la epilepsia, el 25 de África, y el 27 el día nacional de celíaco. Finalmente, el día 31 será el día mundial sin tabaco. Como ven ustedes, un mes muy completo en cuanto a convocatorias, porque estamos convencidos que todas ellas contarán con el apoyo de quienes padecen algunas de las patologías comentadas o por razones de cualquier otra índole para vivirlas con intensidad.
Mientras tanto, el paso decidido que nos conducirá a la convocatoria electoral del 22 de mayo es imparable, y les podemos asegurar que éstas serán las más sanguinarias de las conocidas hasta ahora. Los diferentes partidos políticos en liza afilan sus uñas y, aunque en realidad no paran de lanzar dardos a todo el que se les ponga por delante, sin importarles nada que no tenga relación con ganar las elecciones, aún nos queda un largo camino por recorrer en el que escucharemos de todo. El bochornoso espectáculo al que asistimos casi a diario protagonizado por parte de algunos representantes de élite, nos avisa con tiempo y desde lejos de cuáles serán sus argumentos. Y no importan que no respondan a la verdad o que suponga el desprestigio personal y político de sus oponentes; lo que buscan con saña es el poder y si para ello dejan a su paso un reguero de heridos, será lo de menos. Otra cosa es que la ciudadanía desee que este tipo de personas, deleznables en sus planteamientos y presuntuosos poseedores de una verdad que, por ser la suya, no admite dudas, sean las que dirijan su destino en su ayuntamiento. Nosotros estamos convencidos de que no va ser fácil ni para los que están ni para los que pretenden hacerse con el poder. Pero quizá en eso resida la grandeza de la democracia.