No es la primera vez, y estamos convencidos de que desgraciadamente no será la última, que la policía detiene a un adulto, y más concretamente a la madre de la criatura, porque había dejado a su hijo, un bebé de año y medio, abandonado en el interior del coche con todas las ventanillas cerradas y que, consecuentemente, sufrió un golpe de calor. Efectivamente, los hechos ocurrieron el pasado 28 de abril cuando una llamada telefónica al 091 alertó de la existencia de un menor de corta edad en el interior de un vehículo estacionado en los aparcamientos del Hospital “Infanta Cristina” de Badajoz. Según el relato policial, la llamada advertía de que el bebé podía correr peligro debido a las altas temperaturas, por lo que rápidamente se personaron en el lugar varias dotaciones policiales. A su llegada comprobaron que el vehículo estaba completamente cerrado y que el bebé estaba aparentemente dormido. A continuación forzaron la puerta trasera para comprobar el estado del menor, observando que presentaba cierta dificultad al respirar y fiebre, por lo que se le trasladó al servicio de urgencias del hospital, donde quedó ingresado por sufrir un golpe de calor. Finalmente, los agentes policiales consiguieron localizar a la madre del menor, que se encontraba en el interior del hospital visitando a un familiar. Se trata de una mujer de nacionalidad marroquí, de 27 años, que fue detenida.
Nos encontramos, por tanto, ante un hecho que se repite con excesiva regularidad desde hace unos años. No hace tanto se trataba del padre de un menor que hizo lo propio, pero en esta ocasión la situación no tenía nada que ver con la visita a un familiar enfermo, sino de tomarse unas copas en un club de alterne, lo que evidentemente le añade un toque cuando menos extraño, porque personalmente no alcanzamos a explicarnos qué tipo de persona debe ser aquella que comete semejante barbaridad con su propio hijo. Sin embargo, y por lo que vemos, existen y no parece que sean unos cuantos. Hace poco menos de año conocimos el caso de un matrimonio que se dejó a una niña de dos años en el interior de su coche alrededor de las doce de la noche; cuando la policía por fin dio con ellos estaban en el interior de un bar y eran las seis y media de la mañana. Así las cosas, cuando antes se trate este asunto por parte de los responsables políticos, mejor para los más pequeños de la casa, precisamente los más indefensos, porque lo que sabemos con certeza es que algunos progenitores no son dignos de tutelarlos. De hecho, sólo pensar de qué tipo de personas estamos hablando, la conclusión a la que llegamos es inmediata y contundente, ya que la propuesta es que debían retirarle la custodia.
Lógicamente, todos los críos que pertenezcan a familias tan desestructuradas cono las que aparecen en la sección de sucesos de los medios de comunicación debido a que han abandonado a uno de sus hijos en el coche mientras tomaban unas copas, cuando salgan a la calle para incorporarse a los estudios o al trabajo, su problema residirá en los planteamientos de marginalidad en los que han crecido. Y precisamente por esto, porque se sentirán solos entre la multitud, porque sólo han conocido la forma de vivir que han visto en sus mayores, estamos convencidos de que no tardarán en incorporarse al submundo de la delincuencia, la droga y la mala vida. Nosotros entendemos que antes de que este tipo de jóvenes consoliden su intención de pasar directamente a la marginalidad, la sociedad debería actuar, que para eso mantiene a organizaciones políticas e instituciones privadas, si quiere evitar, o al menos intentarlo, el incremento de la delincuencia. Para empezar, nada mejor que sentencias ejemplares para estos desalmados que no deben quererse ni a sí mismos.