El sábado, y por primera vez fuera de la Casa Consistorial, porque el acto se convocó y desarrolló en el teatro Principal, se constituyó el Pleno municipal, es decir, la Corporación que regirá nuestros destinos los próximos cuatro años. De lo que allí se dijo y de lo que nosotros podemos obtener conclusiones, la continuidad fue institucionalizada. Y se entiende si tenemos en cuenta que Jesús Estrella, que rige la ciudad desde 2003, seguirá en el cargo. Insistió ante los asistentes al acto que la humildad y el rigor presidirán sus actuaciones, y exigirá la implicación de las Administraciones del Estado y la autonómica en la implicación de los nuevos proyectos a desarrollar y que ha calificó como de irrenunciables en el mismo discurso. Como era de esperar, Innonvandújar volvió a plantearse en un momento de gran trascendencia para una comunidad especialmente dañada por la falta de empleo y, lo que es peor, con un futuro que no acaba de despejarse. Y se entiende si sabemos que la iniciación de un proyecto de tal importancia redundaría casi de inmediato en la mejora general de la ciudad, aunque intuimos que no será nada fácil, y no sólo por el momento tan delicado que atraviesa nuestra economía y sí porque la situación política, además, no contribuye en nada a la implantación de nuevas industrias.
No obstante, tal como se dijo por parte de muchos de los nuevos integrantes del Pleno municipal, una situación tan compleja como complicada exige de los responsables municipales aunar los esfuerzos de todos los partidos políticos representados en la Casa Consistorial en la búsqueda de soluciones a los proyectos que demandan su desarrollo para la mejora de la sociedad en general y de la ciudad en la que residimos. La mayoría absoluta que ha conseguido el Partido Popular, por otra parte, permitirá al gobierno municipal un mejor desenvolvimiento a la hora de tomar las decisiones que crea convenientes, que espera convencida y esperanzada que sirva de algo el premio que han recibido los populares en la última cita electoral. Evidentemente, la expectación que ha generado la nueva situación política en nuestra ciudad no ha pasado desaperciba para nadie, aunque muy especialmente para los que esperan todo de la nueva Corporación municipal, a la que observan y creen capaz de sacar adelante su programa electoral y, por tanto, la eliminación de muchos de los problemas que padece la ciudad.
Andújar, por su situación geográfica, por responder del parque natural que lleva su nombre, por ser la tercera población provincial en cuanto a densidad demográfica, por ser cabecera de la comarca de la Campiña, por ser receptora diaria de cientos de personas que vienen hasta ella en busca de solución a sus problemas de salud o económicos con la banca aquí establecida, y la propia Agencia Tributaria, cuando no de los tribunales de justicia, está obligada a ofrecer servicios a los de dentro y los de fuera, todos capaces de solventar, por ejemplo, los problemas ligados a la fluidez del tráfico rodado y no menos zonas de aparcamiento. Precisamente por eso, cuando en las declaraciones que tuvo a bien hacer a esta emisora la primera autoridad local, aseguró que el aparcamiento de la corredera de Capuchinos seguía adelante, ahora con más posibilidades porque no tiene que contar con el consenso o apoyo del resto de los partidos en la oposición, la noticia corrió como reguero de pólvora entre la ciudad, que entendía que la necesidad estaba más que justificada y que renovar esta vía comercial dotándola de un aparcamiento subterráneo supondría una mejora sustancial y no menos un añadido del servicio de calidad que merecen los residentes y los visitantes.
Ahora nos toca esperar, aunque las palabras que escuchamos en la toma de posesión del pasado sábado nos animan a deducir que no tardaremos en detectar las actuaciones previstas con cargo al Ayuntamiento.
