lunes, 26 de marzo de 2012

JORNADA ELECTORAL EXTRAÑA Y JUSTICIERA


La jornada electoral de ayer, si exceptuamos la abstención que se ha contabilizado, que ha superado la anterior cita electoral de noviembre, ha detectado una serie de sorpresas que creemos muy interesantes y que, finalmente, permitirán al Partido Socialista de Andalucía seguir en el poder, siempre que Izquierda Unida acceda a pactar con ellos, naturalmente. La primera, y que calificamos como la inesperada, ha sido la subida de la coalición Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía-Los Verdes, que controlará a partir de ahora nada menos que doce escaños en el salón de plenos del Parlamento andaluz. La segunda, el éxito del Partido Popular, que con mayoría de votos, sin embargo, no ha conseguido el objetivo de su secretario general en Andalucía, señor Arenas, y no menos de su presidente, señor Rajoy. La totalidad de los analistas políticos que han opinado sobre el encuentro electoral califican a los populares como los grandes perdedores de la jornada de ayer, puesto que aseguran no volverán a disponer de una oportunidad como la perdida para conseguir gobernar nuestra comunidad. Según estos profesionales, el Partido Popular disponía de antemano de todos los parabienes y posibilidades de llegar al poder con mayoría absoluta, pero finalmente, y de modo especial por la incorporación a la campaña de la reforma laboral y el anuncio de huelga general prevista para el próximo día 29, parece que se han confabulado contra sí mismos y han acabado echando por tierra sus posibilidades. Por otra parte, el que el electorado no haya conocido aún las intenciones del Gobierno de la nación sobre qué actuaciones y medidas tomará para la recuperación económica y laboral de nuestro país, que las mostrará oficialmente el día 30 con la presentación de los presupuestos generales, y no menos el anuncio de la subida de muchos artículos de primera necesidad desde primeros de abril, han sido determinantes para que el voto anunciado por parte de una gran mayoría de andaluces haya cambiado de intención a última hora.

Sea como sea, la realidad ha superado las expectativas más generosas y el resultado ha acabado proporcionando un serio dolor de cabeza a unos y una gran alegría a otros. Es el caso de los socialistas, que nunca se habían visto tan apretados en los sondeos, donde se les daba por perdedores y no precisamente con el resultado conocido, ya que perder nueve parlamentarios con la que está cayendo a su alrededor y con nada menos que treinta años en el poder, de acuerdo con la opinión mayoritaria de los comentaristas políticos, casi debe entenderse como un éxito. Por lo tanto, a partir de ahora, una vez se pongan de acuerdo los tres partidos más votados y alcancen los acuerdos que crean convenientes para conseguir un pacto de gobierno que dé estabilidad a la comunidad durante cuatro años, no tardaremos en conocer los socios que lo han firmado y pongan en marcha sus planes electorales a favor de una Andalucía especialmente vapuleada por la crisis y atravesando un desierto escaso de posibilidades de mejora general.

En cuanto al papel que han jugado los de los partidos que se anunciaban a sí mismos como emergentes, especialmente el Andalucista, todo ha quedado en un sueño de resultado desagradable. Ni UPyD ni el Partido Andalucista han conseguido representación parlamentaria, y los analistas políticos no han tardado, cuando se han referido a los andalucistas, en calificar el resultado como la consecuencia de un trabajo muy mal hecho antes y durante la campaña electoral. En cuanto a UPyD, que su mensaje no muestra ideología alguna y que su intención se limitaba exclusivamente a conseguir representación en el Parlamento y esperar a sucesivas citas para prosperar.

Finalmente, el papel que han jugado las empresas que se dedican a los sondeos y las encuestas ha vuelto a quedar en entredicho. Ha quedado demostrado una vez más que sus informes se extienden a medida y que les entregan a los partidos lo que quieren oír, es decir, que ganarán por goleada. En esta ocasión es que no han acertado en ninguno de sus análisis y se han mostrado ante el gran público como unos interesados comerciantes que solo persiguen facturar y de muy dudosa profesionalidad.