lunes, 7 de mayo de 2012

LA PROSPERIDAD NOS ESPERA A LA VUELTA DE LA ESQUINA


Cuanto antes iniciemos la remontada y nos dejemos atrás lo vivido la semana pasada, es decir, la romería de este año, mejor para todos y especialmente para nuestro futuro inmediato. Y es que, lo queramos o no, aceptando sin remilgos que la romería es la mejor y más antigua fiesta mariana del mundo, que lo es; con abandonar definitivamente el sí o el no de si han subido más o menos personas a la cita en el santuario; de si desde el Ayuntamiento se han dado o no más atenciones a unas cofradías que a otras, que es posible; que si la meteorología ha sido clave en el desarrollo de la fiesta, o de si las tasas han sido las causantes del retraimiento colectivo que se ha detectado este año, ideas que no somos capaces de desechar, la realidad es que necesitamos urgentemente dar un giro a nuestras preocupaciones por lo que ya ha pasado y plantarnos ante nuestra realidad con verdaderas ganas de resolver los grandes y graves problemas que Andújar tiene como colectivo que vive inmerso en continua vela obligado por las presiones económicas en las que se desenvuelven infinidad de familias.

Si tenemos en cuenta que la crisis nos ha cogido especialmente indefensos, con necesidades justificadas a las que poco caso hacen las Administraciones próximas y no tanto, que a diario se agrava la situación laboral de muchos de nuestros vecinos y vecinas, sinceramente creemos que perdemos el tiempo analizando lo que ya hemos compartido y en evidente detrimento de lo que hoy nos preocupa y condiciona de cara al día de mañana. Los pueblos, en cuanto pierden pasión por solventar su problemática por sí mismos y la depositan en manos de quienes está convencidos se la arreglarán, como es el caso de los políticos, cuando no de la Iglesia o de las instituciones satélites que tiene a su alrededor, pierde una magnífica oportunidad de prosperar que acaba pagando en exceso. En nuestro caso, aunque no han sido muchas en realidad las oportunidades, sí que hemos disfrutado de algunas realmente espectaculares que entre todos hemos permitido que hayan pasado por delante de nuestras narices sin ni siquiera haberles dedicado un ápice de interés.

Pasado el tiempo y no menos las oportunidades, que ahora sí que es verdad que las pintan calvas, es cuando mejor podemos demostrar cuáles son nuestras intenciones como colectivo implicado en la consecución de un futuro laboral estable para la totalidad. Y si no caemos en la cuenta por vaya usted a saber qué tipo de desgana nos retiene, hagámoslo al menos por los que vienen detrás empujando con fuerza. Desde luego, como no asumamos pronto que debemos ser nosotros mismos los que nos pongamos en la proa del barco en el que navegamos, los menores y los jóvenes que nos siguen formando parte de la próxima generación tendrán menos porvenir del que imaginamos, y por supuesto que, incluso mejorando la actual crisis y el mercado laboral, que mejorará seguro, estarán obligados a emigrar en busca de un lugar en donde poder desarrollar sus respectivas profesiones o estudios. Y como no faltan los ilusos que siguen en la confianza de que nuestros males, que debemos recordar son de todos y no de unos cuantos, nos los acabarán solucionando la clase política, entre otras razones porque ella ha participado activamente en su consolidación, yerran de plano.

Precisamente por la urgencia de nuestra propia realidad, por las más que justificadas necesidades que tenemos, cuanto antes dejemos a un lado lo que ahora atrae nuestra atención, más que mejor. La romería y su problemática, como fenómenos social y religioso que es y no menos una fuente de gastos e ingresos de los que solo compartimos por cierto los gastos, tiene su tiempo para disfrutarla y para resolver los problemas de años anteriores, pero recordemos que no faltan asociaciones, colectivos y personas con gran capacidad interpretativa, y no menos conocimientos y capacidad de trabajo, que deben ser las y los que los solventen.