martes, 15 de mayo de 2012

LOS GASTOS MUNICIPALES EXTRAORDINARIOS TAMBIÉN SON DE TODOS


Hace unos días conocimos una noticia que se había producido en una ciudad navarra, según la cual, su alcalde había decidido cobrar un euro por persona y otro por su vehículo para poder acceder a los parques de su propiedad y, por tanto, que tiene obligación de cuidar. Enseguida unimos esta noticia con las tasas municipales de las que tanto se ha hablado entre nosotros y que, finalmente, parece que fueron aceptadas de buena gana. La polémica por tanto está servida, porque desde el punto de vista ciudadano todo parece indicar que pronto los ayuntamientos nos cobrarán hasta por salir a la calle. Sin embargo, tanto en esa ciudad navarra como en la nuestra, de lo que se trata es de compartir lo que se usa y que no sea sola una de las partes la que se encargue de limpiar lo que se ensucia. Porque eso es lo que ocurre también en la ciudad a la que aludimos, que los que usan de esas zonas recreativas, especialmente los fines de semana, llegan procedentes de otras villas más o menos próximas y les trae sin cuidado cuando levantan el campamento que aquello sea un vertedero inmundo. Lo que sí saben es que, cuando vuelven en busca de paz y sosiego, lo encuentran limpio y listo para ser de nuevo usado. Naturalmente, tenga usted el punto de vista que tenga, el alcalde-presidente de esa localidad está legitimado para tomar decisiones de ese calado, y más cuando, como allí ha ocurrido, sus vecinos apoyan la medida, y no porque ellos estén exentos de abonar la tasa y sí porque entienden que la falta de liquidez exige a sus representantes políticos poner en marcha programas compartidos en los que la ciudadanía forme parte inseparable del proyecto y ayude con su óbolo a paliar los gastos que generamos entre todos y que tanto daño hacen al medioambiente.

No querer aceptar este tipo de imposiciones o medidas municipales lo entendemos como algo legítimo, faltaría más, pero no acabamos de interpretar la situación como ésta creemos demanda, ya que lo fundamental en todo este asunto reside en que durante la romería participamos, en mayor o menor medida, en la acumulación de los miles de kilos de basura que posteriormente hay que retirar y que esta acción supone una inversión de entre cincuenta y sesenta mil euros que, repartidos entre todos, es mucho más llevadera que si tuviera que pagarla uno solo, que es lo que ha ocurrido hasta ahora, que el dinero ha salido del Ayuntamiento. Y nos sirve especialmente la noticia que les comentamos porque debemos acostumbrarnos a que este tipo de decisiones municipales formen parte de nuestro día a día sin que por ello debamos rasgarnos las vestiduras. Las corporaciones municipales necesitan dinero para dar servicios y éstos no son precisamente baratos ni se pueden abonar en cómodos plazos. Y si los impuestos que conocemos no alcanzan al pago del total, a nadie se le escapa que lo normal es que entre todos contribuyamos a que esta situación no se produzca. Otra cosa es que estemos o no de acuerdo, o que éstos no sean adecuados o incluso injustos, que ese es otro tema para tratar en foros diferentes, pero sí en lo fundamental, es decir, que las fuentes de las que hasta ahora han bebido las Administraciones locales se han agotado y que a no tardar implantarán otras que sí les puedan suministrar el dinero que tanto necesitan.

Desde luego mientras sigamos demandando más y mejores servicios municipales, desde la limpieza al agua potable, además de una policía más próxima y numerosa, unos edificios municipales más dotados, etc., pocos deberían ser los que se extrañaran de que, a mayor presencia municipal, más dinero para sufragarla. Es cierto que no siempre el dinero lo mejora todo y que la imaginación y la mejor distribución de los recursos de que se disponen pueden resolver temas puntuales, pero al final estamos convencidos de que nos veremos en la obligación de participar activamente en la consecución de una ciudad con más servicios y de mejor calidad. Y si no, al tiempo.