
Los resultados de la elecciones autonómicas han movido los cimientos del Partido Popular en Andalucía y han situado al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, como el preferido del presidente regional del partido, Javier Arenas, para sucederle en el proceso de renovación interna al que irremediablemente le ha obligado la cuarta intentona frustrada del líder popular por alcanzar la presidencia de la Junta. No obstante, aunque parezca sencillo y que todo esté pactado, no faltan las discrepancias, más que nada porque el alcalde sevillano tiene demasiados cargos, además del desgaste municipal. Tampoco faltan las voces en el partido que exigen más democracia interna en temas de tanta trascendencia para el propio partido, que necesita mejorar su imagen de cara a la ciudadanía y evitar los nombramientos a dedo que hasta ahora se han venido produciendo. De hecho, han sido algunos alcaldes populares, según fuentes cercanas al partido y a los propios ediles, los que han pedido al presidente regional que sea él quien encabece este periodo de renovación, sin fisuras, de forma tranquila, pero siempre con la idea de encontrar a la persona idónea para el cargo y con capacidad para continuar con la tarea que él ha conseguido. Los propios alcaldes populares son los primeros en aceptar las dificultades de encontrar al sustituto ideal de Arenas, quien no hay que olvidar que ha conseguido por primera vez ganar las elecciones en Andalucía, aunque no con mayoría suficiente, y ya ha manifestado que continuará al frente del partido y en el Parlamento mientras sus compañeros le apoyen.
Entre las opciones que manejan los alcaldes consultados se encuentran la ministra de Trabajo, Fátima Báñez; la delegada del Gobierno, Carmen Crespo; la candidata a
Lo fundamental cuando de lo que se trata es de sustituir a un político de la talla personal de Javier Arenas, es de hacer las cosas bien, de dar imagen de coherencia a la ciudadanía y de aparcar las tensiones y luchas internas propias que existen todos los partidos. Por el momento, les recordamos de nuevo ha sido el único político popular que ha sido capaz de ganar unas elecciones autonómicas, aunque no con mayoría absoluta. En cuanto a su trayectoria política, por supuesto que está salpicada de altibajos, de escándalos y de enfrentamientos internos, pero destaca por encima de todo su implicación en la política andaluza y el futuro de nuestra tierra, independientemente de que a una mayoría de la ciudadanía no le haya parecido la mejor o idónea para ponerla en práctica. Lo queramos o no, el futuro de Arenas está claramente definido y ahora de lo que se trata es de encontrar al mejor sustituto más que de criticar lo que hagan o digan unos u otros. Sería bueno, no obstante, que se usara de la democracia en la elección y que el o la elegida lo fuera con el respaldo de la mayoría de sus compañeros.