Lo del pasado sábado en el teatro
Principal de nuestra ciudad, con la puesta en escena de la obra escrita y
dirigida por nuestra compañera Paqui Esteban, acabó siendo un acontecimiento
realmente extraordinario. De acuerdo con el comentario mayoritario de ustedes,
lo de unir la cultura y la solidaridad dio sus frutos y todo acabó como la
convocatoria merecería, ya que de lo que en realidad se trataba era de echar
una mano a los más necesitados, que, como ustedes saben más que de sobra, son
muchos. Y lo que es peor, que aumenta por horas. Aunque les dimos las gracias
en el acto, es el momento ahora, después del incansable ir y venir de unos y de
otros, después de valorar la actuación, de controlar los detalles, de los
abrazos propios que demandan situaciones tan exigentes como la de dar vida a un
texto y subirlo a un escenario para compartirlo con ustedes, de recordárselo.
Sepan que consiguieron emocionar al conjunto de las personas que hicieron
posible el milagro realizado en directo, sepan también que les estaremos
profunda y eternamente agradecidos y sepan, especialmente las personas que no
pudieron asistir al evento porque se agotaron las entradas, que en estos
momentos valoramos la posibilidad de reponerla en poco tiempo. No se recuerda
en Andújar que, en la segunda puesta en escena de una misma obra, se cuelgue el
cartel de “agotadas las entradas”.
Ahora que podemos valorar con rigor y conocimiento de causa lo que vivimos en el teatro Principal, llegamos a la conclusión de que ha merecido la pena el esfuerzo que ha demandado de la organización en conjunto, porque han sido muchas las personas que se vieron implicadas en la realización de la puesta en escena de la obra, desde el Ayuntamiento, y muy especialmente
Las actrices, con no serlo, estuvieron fantásticas. Sin embargo, hasta llegar al punto de firmar una actuación exitosa, trabajo, trabajo y trabajo. Horas y horas de ensayos verbales y de puesta en escena. Rigor y clase, además de corazón y ganas de cumplir el papel que se les encomendó. Por todo y por tanto, gracias a todas y todos los que hicieron posible el éxito del sábado. Ustedes, con su presencia y su apoyo, consiguieron la felicidad de muchas personas, aunque desgraciadamente tengamos que aceptar que sea momentánea y circunstancialmente. Para que no se les olvide, son ustedes formidables.
Por lo que hemos aprendido a lo largo de estos años, los esfuerzos acaban siendo recompensados, y como la vida suele premiar las buenas acciones, quizás es que ahora nos esté tocando a nosotros. ¡Quién sabe!
