Cada vez le cuesta más al ciudadano
obviar lo que pasa a su alrededor. Es evidente que los acontecimientos acuden
con fuerza a la actualidad y que es sencillamente imposible mirar para otro
lado. Destaca por encima de todos el asunto de la corrupción en los partidos
políticos, especialmente el del señor Bárcenas, individuo que está haciendo un
agujero negro en el seno del partido que ya veremos en qué acaba una vez se
hayan delimitado las responsabilidades. Por el momento, mal están las cosas
para los dirigentes o cúpula de los populares, aunque no debemos caer en el
extendido error de calificar al resto de integrantes de este partido o de
cualquier otro asegurando que todos son iguales. Especialmente si se trata de
aquellas y aquellos que tenemos cerca, que nada tienen que ver con los manejos
de sus superiores y menos con las mangancias a las que están acostumbrados. De
hecho, el daño que les están haciendo a estos responsables políticos es por el
momento su mayor preocupación.
Si la situación del presunto corrupto o mangante está ligada al sumario que confecciona la fiscalía y el juez, tener en cuenta la presunción de inocencia es una obligación; si ha sido condenado, pues habrá que atenerse a ésta y no interpretar a nuestro gusto la sentencia. Actualmente, dos son las causas que enfrentan a socialistas y populares: lo de los ERES de Andalucía, que se enjuician en este momento, y la posible financiación fraudulenta del Partido Popular, que está en plena elaboración del sumario. Es decir, que se decidimos esperar hasta el final para conocer la decisión judicial, haremos lo que debemos y lo que nos pide el sentido común. Claro que si en nuestro caso parece que lo mejor es esperar, flaco favor nos hacen los responsables de ambos partidos, que andan a la gresca tirándose los tejos con estos dos asuntos como bolas de fuego y en cualquier situación y lugar. Si luego se quejan porque la ciudadanía opta por esta misma postura, que no actúen de la misma manera.
Independientemente del giro que tomen estos dos asuntos a lo largo de los próximos meses, los dos de gran trascendencia pública porque se trata del dinero de todos que ha caído en manos de presuntos ladrones de guante blanco, todo indica que dejará un pesado lastre en el particular expediente de cada uno de estos partidos y que les pasará factura en todas las elecciones en las que participen durante muchos años. Y es lógico si tenemos en cuenta el terrible momento económico por el que atravesamos en general y algunas personas en particular, especialmente aquellas que llevan años en situación de desempleo y que no tienen futuro, que observan estos dos asuntos con algo más que expectación, convencidos de que el dinero que supuestamente han sustraído les habría aliviado su situación.
Insistimos que esperar también es positivo para nuestra salud. Al fin y al cabo, por tratarse de una decisión filosófica, esperar acontecimientos es bueno para nuestro equilibrio psicológico. Solo hay que observar a uno de los dos encausados, concretamente al señor Bárcenas, para comprobar lo que les decimos. Su actitud valiente si no chulesca; su trato con la prensa y más aún las decisiones que está tomando contra su propio partido, nos muestran a un individuo tranquilo, seguro de sí mismo y con una gran capacidad para controlar su paciencia. Lo que no sabemos es si está convencido de la importancia que tiene lo que guarda en la manga y le que salvará de la cárcel o sencillamente que está decidido a perderse en cualquier país y espera el mejor momento para hacerlo. Ya veremos.
