miércoles, 16 de octubre de 2013

ESPAÑA, LOS ESPAÑOLES Y LA CRISIS

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La realidad social de nuestro país, de acuerdo con los estudios que patrocina y comparte Cáritas, es bien distinta de la que nos quieren ofrecer los políticos y las organizaciones empresariales interesadas en dar una imagen de que aquí no pasa nada que vaya más allá de las penalidades laborales y económicas que padecen algunas familias. Sin embargo, la pobreza de la que nos hablan es extrema y son más de diez millones y medio de pobres los que contabiliza esta organización humanitaria; en cuanto a los hogares con todos sus miembros en paro, más de cuatrocientos mil; la tasa de paro, alrededor de un veinticinco por ciento; casi doscientas mil personas receptoras de rentas mínimas, y más de un millón las que atendió esta organización en 2011, es decir, que como la cosa ha ido a peor, los datos actualizados tendrán una lectura mucho más lesiva para los que la padecen.

En cuanto a la pobreza intensa, siempre teniendo como referencia el estudio realizado el año 2011, cae el umbral de la pobreza a poco más de siete mil euros al año; la renta de la que disponen las personas descendió un nueve por ciento, y casi seiscientos mil hogares no tienen ingresos. Refiriéndose a la pobreza crónica, el cuarenta y cuatro por ciento de las personas atendidas por Cáritas lleva tres años o más pidiéndoles ayuda, y el cincuenta por ciento de los parados son de larga duración. Por lo tanto, nos encontramos en situación de riesgo total para las familias que se ven en esta situación, que no sólo no encuentran salida para los problemas de todo tipo que les acucian, sino que perciben por parte de las Administraciones un escaso interés. Y si tenemos en cuenta que, como hemos dicho, este estudio está ligado al año 2011 y que la situación del país ha empeorado significativamente, las cifras deben mucho peores y muchas más las personas que padecen los efectos de esta salvaje crisis.

De hecho, Cáritas ha tenido que intensificar lo que venía haciendo, aunque también han ido surgiendo nuevos proyectos y nuevas formas de hacer que les ayudan a controlar y mejorar su gestión. Actualmente se plantean su presencia en la sociedad convencidos de que tienen que empezar a cambiar la mirada sobre la realidad social de estos últimos años. Ésta es como una crisis de emergencia y entre todos debemos aceptar que ya ni siquiera es una emergencia, sino una realidad estructural, un modelo dualizado, es decir, mayor pobreza y menor protección social. Por eso están convencidos en la organización de que deben mirar a la sociedad con ojos de generosidad extrema y con especial preferencia a los pobres. Y es que no se trata sólo de asistir a la sociedad, sino de crear una nueva fundamentada en la solidaridad, gratuidad, etc., en la que podamos vivir de una manera más sencilla.


Por el momento, los caminos de trabajo elegidos y que actualmente se ejecutan están ligados con la atención primaria, la promoción de personas y grupos y la sensibilización, denuncia y caridad política. Con todo, se encuentra Cáritas española en un momento de reflexión importante sobre el lugar social que le compete o corresponde. Aunque centrada en la atención primaria, esto no ha supuesto que hayan decrecido otros programas, como puede ser el empleo, la inmigración o las personas sin hogar. Cáritas denuncia que España vive una pobreza muy intensa, muy severa con las personas que han alcanzado una situación de pobreza crónica muy alta. Denuncia que se ha abierto una enorme brecha entre los que tienen y los que no tienen, y que esto contribuye a que se pierda la cohesión social que tanto bien haría a ambas partes. Lo dicho: un panorama nada alentador que sólo entre todos podemos aliviar. Es ahora, cuando los tiempos son malos, cuando de verdad lo de tender la mano tiene razón de ser.