Imprimir
Lo de
los abusos sobre niños o menores, especialmente los ligados a vídeos
de contenido sexual, es un fenómeno que no cesa y que obliga a los
Cuerpos de Seguridad del Estado a estar permanentemente alerta para
la detección de estos peligrosos y oscuros personajes. Hace unos
días la policía detectó primero y detuvo después a casi veinte
personas e implicó a más de diez por la distribución en las redes
sociales de vídeos de alto contenido sexual en el que se ven
imágenes de abusos de mayores sobre menores de no más de seis años.
La acusación policial es por la propiedad y la distribución de este
tipo de pornografía infantil especialmente vía Internet, delitos
que están penados con entre cuatro y cinco años de cárcel. Por lo
que la autoridad policial cuenta, estos vídeos fueron hallados luego
de que estuvieran controlados por las fuerzas policiales europeas e
identificados los menores sobre los que actuaron estos degradados.
Con todo, la realidad es que, incluso aceptando que la autoridad
competente sepa de la existencia de estas películas, siguen
circulando por las redes sociales como si tal cosa. Consecuentemente,
se entiende que para los agentes de la autoridad, aunque repetimos
que pueden tener la situación más o menos controlada, es
fundamental la colaboración ciudadana. Así se entiende la
importancia que tiene la información que llega procedente de ésta
sobre el material de este tipo y contenido.
Las
pesquisas policiales, después de un trabajo ímprobo y una
dedicación casi extenuante, consiguen la detención de seis
individuos en Madrid, cinco en Cataluña, tres en Andalucía, dos en
Aragón, cinco en la comunidad valenciana, tres en el País Vasco,
uno en Castilla-La Mancha, dos en Galicia, uno en Castilla-León y
otro en Murcia. Por los datos que la policía aporta, casi todos
los detenidos están casados y son padres, y sus edades rondan entre
los 30 y 50 años. Por supuesto, casi todos ellos puede decirse que
tienen amplísimos conocimientos de informática. Se desprende de
estas afirmaciones que el perfil de todos ellos podía ser el de
ciberdelincuentes, ya que saben qué hacer manejando la informática
y son más precisos a la hora de no hacerse visibles en las redes
sociales obligando a la policía búsquedas más constantes y
precisas.
Siempre
de acuerdo con la información que la policía nos ha hecho llegar y
las declaraciones de algunos de sus máximos representantes, las
investigaciones las iniciaron hace ahora un año luego de recibir
denuncias presentadas concretamente en Murcia, que fue donde
comenzaron a tirar del hilo de la compleja madeja que habían
confeccionado estos delincuentes. Les aseguraron la existencia de
vídeos de contenido pornográfico en los que se podían ver abusos
sexuales sobre menores que, además, podían verse en las redes
sociales, particularmente en las de intercambio de vídeos en
Internet. El hecho de que cualquier persona pueda hacer uso de las
nuevas tecnologías y que desde éstas le lleguen con toda
facilidad películas con estos contenidos nos pone en alerta sobre la
facilidad con la que pueden estos grupos organizados hacer y deshacer
con total impunidad. El trabajo de los policías especializados en
este tipo de delitos ha consistido en el seguimiento de una conocida
red de intercambio de archivos, en donde encontraron casi cuarenta
conexiones que era desde donde bajaban y posteriormente distribuían
este tipo de vídeos de abusos sexuales de mayores sobre niños.
Este hallazgo les permitió efectuar los registros pertinentes
y en los que se intervinieron ochenta discos duros, siete CPU, diez
ordenadores portátiles y cerca de doscientos soportes de
almacenamiento en diferentes formatos.
Afortunadamente,
con esta operación se ha eliminado a un importante grupo de personas
que tenía como objetivo principal no sólo encontrar vídeos de
contenido sexual para luego distribuirlos, sino que algunos de ellos
han sido los realizadores de éstos. Todo un de equipo de personas
respetables entre la familia, vecindad y compañeros de trabajo que,
cuando no se dejaban ver, se dedicaban a tareas tan deshonestas y
peligrosas como las que les hemos relatado. El que ahora algunos
estén detenidos y otros en la calle con cargos nos asegura por un
tiempo cierta tranquilidad en las redes sociales, aunque nunca se
debe bajar la guardia.