La semana pasada tuvimos la oportunidad de departir con Eduardo Criado, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Andújar, aunque a él gusta de presentarse como comerciante y como hombre convencido de que nuestro comercio aún tiene futuro. De este encuentro obtuvimos una serie de planteamientos ligados a la falta de oportunidades que creemos muy interesante compartirlo con ustedes, sobre todo porque es muy posible que puedan unirse a la llamada que el señor Criado plantea y que entendemos viable y urgente. En realidad, no es nuevo este planteamiento en nuestro personaje y sí una recuperación de una vieja ilusión por mejorar la existencia de la ciudadanía. Hombre curtido como pocos en situaciones sociales extremas y comerciante de toda la vida, aprovecha la atalaya que le proporciona la presidencia de la Cámara y viene a decirnos que Andújar demanda la unión de todas las fuerzas vivas de la ciudad con un objetivo único y común: organizar una gran agencia de empleo que permita la colocación de las miles de personas que andan buscándolo sin suerte.
Y pica alto, porque convoca a todos los partidos políticos, a los que exige que, antes de sentarse en la mesa de trabajo, dejen en la puerta cualquier interés político; también llama a las asociaciones de vecinos, que seguro tienen muchas cosas que aportar; a la organización empresarial, que puede y debe encauzar los esfuerzos que genere esta unión de fuerzas; a colectivos de personas en paro que luchan por un empleo desde plataformas de todo tipo, y finalmente a todo aquel que venga con ganas de echar una mano y sea capaz de dedicar parte de su tiempo a esta labor. De acuerdo con el presidente de la Cámara, la realidad es que se puede, que aún es posible encontrar fuentes de empleo que generen autoestima e ilusión y que por eso es fundamental el apoyo y la fuerza colectiva. Como nos dice, si todos remamos en la misma dirección, si somos capaces de aunar nuestros esfuerzos con este fin y nadie pretende sacar tajada electoralista de tanta desgracia, Andújar notaría en poco tiempo la fuerza que desprenderían las personas que luchan por la viabilidad de un proyecto social de gran envergadura.
Insiste en que la clase política ni sabe ni puede crear empleo, aunque sí use de esta utopía como circunstancial camelo, pero sí propiciar políticas que activen las ventajas que nuestra ciudad y su término municipal tiene para las empresas que busquen una ciudad de tamaño medio, manejable, con terreno industrial suficiente y bien dotado, y con profesionales de contrastada cualificación prestos para iniciar el trabajo. Paralelamente, nos abre los ojos y nos sitúa en otra realidad sangrante: no nos sobran precisamente profesionales en tareas ligadas a las nuevas tecnologías y esta deficiencia podría resultar finalmente un lastre para la elección de nuestra ciudad como idónea para desarrollar el proyecto empresarial que se nos proponga. Por eso asegura que perdemos el tiempo, que cuanto antes debemos poner en marcha los programas adecuados que coloquen a nuestra ciudad a la cabeza de aquellas que también ofertan terreno industrial y ubicación geográfica parecida. En la diferencia está el éxito, nos dice, y desde luego que las comunidades que se hayan preparado para los nuevos retos tienen muchas más posibilidades de llegar antes y en mejores condiciones al empresariado. Según Criado, no existe fórmula mejor compensada y añade que estamos obligados todos y todas a cambiar la deriva que desde hace años muestra nuestra ciudad con respecto al mundo laboral. Unir esfuerzos y fuerzas asegura el éxito de cualquier proyecto, y en nuestro caso, además, es que estamos obligados a ello.