viernes, 7 de febrero de 2014

LAS AYUDAS A LA COMPRA MEJORAN EL MERCADO

Imprimir

Las ayudas estatales para la compra de un vehículo nuevo están dando resultados positivos que podemos analizar desde dos perspectivas diferentes: por un lado, porque el aumento de las ventas supone el mantenimiento directo de los empleados de fábrica, concesionarios, aseguradoras, estaciones de servicio, talleres mecánicos, neumáticos, repuestos, etc.; por otro, porque se eliminan de la circulación vehículos que han cumplido los diez años y que, lo queramos o no, no estaban para muchos trotes, y más si su dueño no era de los que lo cuidaban con mimo y esmero. Por lo tanto, matamos dos pájaros de un tiro. Sin embargo, son muchos los que están de acuerdo en un detalle que, cuando lo compartamos, quizá gane adeptos también entre ustedes, ya que son los que exigen al Gobierno que estas ayudas se concedan exclusivamente a los vehículos fabricados en España. De esta forma se ayuda directamente no solo al concesionario y sus empleados, sino a las fábricas aquí radicadas. Como planteamiento solidario no está nada mal y desde luego que esta diferenciación se entiende como adecuada al mal momento económico español, pero entendemos que lo que se pretende con estas ayudas, además de animar a la economía de estas empresas, es a eliminar de la circulación a los vehículos que, por edad, no reúnen las características técnicas que exige actualmente el tráfico.

Por el momento, más de cien mil unidades de más se han colocado en el mercado con respecto al mismo período del año pasado, lo que, insistimos, representa un alivio económico para las empresas implicadas en el negocio del coche, que ya han comprobado ustedes que es como un abanico de grandes dimensiones y posibilidades que, de paso, aporta al Estado miles de millones de euros directos, ya sea desde los carburantes a las ventas de coches nuevos, en donde la posibilidad de eludir el IVA es sencillamente imposible. Consecuentemente, que desde las instituciones se creen cauces que permitan dinamizar la presencia del automóvil nuevo en nuestras ciudades y carreteras nos parece de extraordinaria importancia por lo que representa para el apartado seguridad y por la suma positiva que hace a la economía.

Y precisamente por la importancia que tiene este mercado y el dinero que genera, no estaría de más que el Gobierno impulsara actuaciones que tuvieran como objetivo el arreglo y la mejora de las vías de comunicación, sean del tamaño que sean y el orden a que correspondan, es decir, que desde las autovías a las secundarias o terciarias, todas necesitan de reparaciones que arrastran desde hace años y que con el tiempo se han convertido en intransitables y muy peligrosas.


Por otra parte, entendemos que el mejor destino para un dinero que proviene directamente del uso y disfrute de los vehículos en general, en donde incluimos el de las multas, debería de invertirse en la mejora que reclamamos y que va, como hemos dicho, desde el asfaltado a la señalización. De hecho, de poco sirve que se mejore el parque automovilístico si, al mismo tiempo, no se hace lo propio con las vías de comunicación por las que deben circular, ya que su pésimo estado es evidente que influye y mucho en el vehículo, especialmente en el apartado de la suspensión. A todo esto, lo que se decida que sea pronto, porque la realidad de algunas de nuestras vías es que están en estado lamentable, y no tenemos que ir muy lejos para comprobarlo, ya que la autovía de Andalucía, y muy especialmente en todo el recorrido que hace por nuestra provincia, desde Santa Elena hasta Villa del Río, no reúne las características técnicas que este tipo de vías exigen.