lunes, 17 de marzo de 2014

FUNESTO FIN DE SEMANA EN ANDÚJAR

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No todos los fines de semana son iguales, como ha quedado demostrado entre nosotros, con el fallecimiento de un chico de poco más de veinte años y un incendio en una vivienda de la calle Ayamonte que, afortunadamente, ha quedado en un susto, gracias a la intervención de los bomberos y agentes de las policías local y nacional. La noche del sábado, por lo tanto, se cerró en nuestra ciudad triste y sumida en la desesperación, especialmente para los residentes en Vegas de Triana, en donde vivía este chico. El amigo que se encontraba con él encaramado en el mismo vagón detenido en la estación de Renfe, se recupera en el hospital y afortunadamente se encuentra fuera de peligro. Como les decimos, no todos los inicios de la semana son iguales, como tampoco lo son las noticias que compartimos con ustedes, ya que lo que de verdad nos gustaría es que todas estuvieran relacionadas con la esperanza y no con tan luctuosos sucesos Pero así es la vida y poco podemos hacer, por no decir nada, para cambiar el destino. En este desgraciado accidente concurre, además, que se trata de un chico al que conocíamos, lo mismo que a su familia, a la que por supuesto les hemos hecho llegar nuestro más sentido pésame.

Por delante, un largo recorrido para que esta desgracia se diluya en el tiempo, aunque sabemos que no será posible para quienes, como es el caso de su familia, han sufrido la pérdida de uno de sus miembros, y más teniendo en cuenta la forma en la que ha ocurrido. Es ahora cuando se nos ocurre concluir en que la vida no está del todo bien hecha, que alguien debería evitar que los padres dieran sepultura a uno de sus hijos, por antinatural e injusto. Manuel Ángel era un chico de su época que el sábado tomó una decisión errónea que le ha llevado a sufrir un accidente, concretamente por electrocutación, y de él la muerte. Uno de sus amigos, el que se encontraba junto a él sobre el techo del vagón, se supone que para hacerse unas fotos, tuvo la suerte de que, aunque recibió también una fuerte descarga eléctrica, en estos momentos, como les hemos dicho, se está recuperando. Repetimos que se trató de una decisión que finalmente ha resultado costosa para uno de los amigos y de la que ahora todos se arrepienten. La realidad, no obstante, es que ya nada podemos hacer que no sea compartir el inmenso dolor que se deriva de la pérdida de este joven, por demás aplicado, sencillo, nada conflictivo y con muchas ganas de vivir, y todo un futuro por delante para hacer realidad sus sueños.

El papel que nos toca jugar a nosotros en momentos tan tristes pasa inevitablemente por compartir el terrible dolor que la familia padece. Son ellos los que de verdad necesitan ahora del apoyo incondicional de sus más allegados y no menos de sus vecinos y vecinas de Vegas de Triana, lugar en el que creció Manuel Ángel. A nosotros, lo que estamos haciendo: informarles del luctuoso suceso de la manera más suave que sabemos y dejar constancia, como ustedes, de nuestro profundo sentimiento a toda su familia. Como hemos dicho, por proximidad con ellos, por su generosidad cuando hemos coincidido en las diferentes campañas de navidad que hemos organizado a lo largo de los años, por un afecto sincero que viene de lejos, queremos hacerles llegar nuestro pésame.