martes, 21 de junio de 2016

LA ASOCIACIÓN DE HOSTELERÍA SE DISUELVE

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El asunto de la disolución de la asociación de Hostelería de nuestra ciudad, cuando menos es rara. Eso de que de un día para otro un colectivo de la importancia empresarial y social de la asociación profesional del gremio de hosteleros, que por cierto no contaba con la aprobación y el apoyo de la totalidad del sector, que es un detalle que tampoco deja de ser cuando menos anormal ni debemos dejar de lado si queremos llegar al fondo del asunto, deje sus tareas de organización sin más y sin que hayamos detectado crisis disolutiva que lo anunciara con tiempo, cuando menos llama la atención entre la ciudadanía, que entendemos debería ser informada bien por la directiva dimitida o por la Delegación del Ayuntamiento que ha sido citada en el documento que hemos conocido estos días y que resulta ser parte de los problemas que esgrimen para justificar en mal momento que atraviesan. Que no ha sido la primera vez que la asociación de nuestros hosteleros se ha visto abocada a su disolución, cierto; que el gremio de estos profesionales no acaba de representar la totalidad de sus reivindicaciones y que los argumentos aducidos también en esta ocasión vuelven a ser vagos e inconcretos, de acuerdo. Precisamente por eso, para evitar que todo vuelva a ser lo de siempre, lo inmediato es que se conozca la realidad y paralelamente se hallen las causas que acaban con la vida, una vez más, de una asociación que necesita de sus asociados y éstos a su vez de ella para que les resuelva la infinidad de problemas que arrastran desde hace años y que hasta ahora no han sido capaces de resolver si no ha sido porque se hayan enfrentado en solitario ante las Administraciones y despachos correspondientes.

La añoranza de los viejos tiempos de quienes han vivido momentos mejores de la asociación profesional de nuestros hombres y mujeres dedicados a la hostelería de nuestra ciudad se mantiene, y los que hemos tenido la oportunidad de conocerlos, allá por los años ochenta, nos unimos incondicionalmente a estos sentimientos. Porque la unión era una realidad tangible; porque los intentos por diferenciarse del resto se basaba en el esfuerzo y la originalidad; porque las relaciones con el resto de colectivos y la Administración local se basaban en la estabilidad de todos los socios, y solo se apoyaban las particularidades cuando estaban justificadas y el compañero había quedado descolgado del resto. Radio Andújar, que fue quien puso en marcha encuentros entre profesionales del sector implantando la ruta de la tapa, que consiguió su apoyo unánime porque el esfuerzo valía la pena y así lo valoraron, conoce bien la dinámica de quienes han hecho de su empresa y tarea algo más que un compromiso profesional.

Deseamos sinceramente que el momento se supere, que no tarden en organizarse de nuevo en asociación y que sus fines sean los mismos de siempre, es decir, defender a ultranza las reivindicaciones de sus integrantes, presentarse ante quien pueda resolver sus necesidades y conseguir reunir la mayoría de sus ilusiones. Lo que dependa de sí mismos, lo que deban responder antes sus clientes, lo intrínseco de su profesión, como las características de su oferta culinaria, es algo que debe ser decidido pensando en sus clientes, que son los que finalmente deciden su estabilidad y continuidad. Lo demás, como las malas artes, el posicionarse junto a los poderosos, jugar con ventaja ante la Administración y arrogarse valores y poder que no se poseen, es una situación endeble y absurda que al final acaba pasando factura. No sabemos si ha sido así o no, pero la realidad es que una asociación de la importancia de la de hostelería ha decidido no continuar sus tareas. Alguna razón habrá. Y nos gustaría conocerla.